Las FARC, de terroristas a…. (caen las etiquetas banales de los EEUU) Amy Goodman. Periodista EEUU (Directora de DEMOCRACY NOW! NYC)

50 anos de selva y pólvora: el histórico dirigente antifieudal comunista colombiano Manuel Marulanda, alias Tirofijo (1930=1908)

El Gobierno de Estados Unidos ha retirado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC, de su lista de organizaciones terroristas extranjeras.

Blinken: «»….no eran terroristas»»

En 2016 las FARC y el Gobierno colombiano firmaron un acuerdo de paz después de cinco décadas de conflicto. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que quitar la designación de terrorista a las FARC facilitará el apoyo de Estados Unidos a la implementación del acuerdo.\


Breve historia de un conflicto antifeudal

Andres Suárez Jaramillo.  Periodista de FRANCE 24

Los Acuerdos de Paz en Colombia, que pusieron fin a 50 años de conflicto armado directo entre la exguerrilla de las FARC y los diferentes gobiernos de turno, cumplen cinco años de haberse firmado. Un hito para la historia de este país suramericano. Pero, ¿cómo surgió y se desarrolló este conflicto que tanto atormentó a los colombianos y que causó más de 262.000 muertos y cerca de 6 millones de desplazados internos?

Para responder a esta pregunta debemos remontarnos a mediados del siglo XX, cuando en Colombia se libraba una época conocida como «La Violencia» un confrontación bipartidista, entre dos corrientes políticas, los liberales y los conservadores, que tuvo como consecuencia la creación de autodefensas campesinas. este contexto, en el año 1964, nació en las montañas del centro de Colombia un enclave fundado por dos hombres, entre los que se destaca al dirigente comunista (PCC)  Pedro Antonio Marulanda Marin Marín, alias ‘Tirofijo’, quien hasta su muerte por ujn infarto  en 2008 fue la figu ra más emblemática de la entonces naciente guerrilla agraria y antifeudal de las FARC.

Desde su fundación en la década del 60 y casi hasta finales de la década del 70, las FARC se mantuvieron marginales, poco combativas, casi silenciosas. Pero llegó un episodio clave, ‘La séptima conferencia’ en mayo de 1982 que reunió a cerca 30 frentes de combate. Fue el parteaguas para que las FARC dejaran la clandestinidad y se convirtieran en protagonistas de los titulares de prensa. La séptima conferencia fue el momento en que las FARC se rebautizaron como FARC-EP, el Ejército del Pueblo, y decidieron expandir su influencia y pie de fuerza en todo el país.

En las décadas del 80 y 90 se frustraron varios intentos por lograr la paz con las FARC

Viendo el avance insurgente, el por entonces presidente Belisario Betancur propició en 1984 los primeros acuerdos de paz con la guerrilla, en los cuales ofreció las garantías para que los guerrilleros pudieran militar en política integrándose al partido de izquierda UP, Unión Patriótica. Estigmatizado como el ala política de las FARC, la UP fue el blanco de lo que la Justicia reconoció posteriormente como un genocidio político, perpetrado por autodefensas paramilitares, una alianza de sectores de extrema derecha, terratenientes, ganaderos y miembros de la Fuerza Pública. Se estima que a lo largo de 20 años, más de 3.000 personas fueron asesinadas.

Habiéndose las FARC refugiado nuevamente en las montañas del centro y oriente de Colombia, para la década de 1990 ampliaron su músculo militar por la incursión a gran escala ==segín se afirma== cobrando »peaje» al narcotráfico. Fueron los peores años del conflicto, con cruentos enfrentamientos, atentados, tomas de bases militares, y un desangramiento de todos los actores inmersos: guerrilla, fuerzas armadas, grupos paramilitares y población civil.

En 1998, un nuevo intento de Acuerdo de Paz con el Gobierno del presidente Andrés Pastrana se vio nuevamente frustrado por el incumplimiento de las FARC, y dejó en evidencia la ineficacia del Ejecutivo para contener el avance de los insurgentes. Los esfuerzos internacionales para una reingeniería de las fuerzas militares se concretaron principalmente con el Plan Colombia, un pacto concebido en 1999, destinado a fortalecer las Fuerzas Armadas y a luchar contra el narcotráfico. Estados Unidos invirtió entre 2001 y 2016 más de 10.000 millones de dólares en ayuda militar, el segundo mayor presupuesto estadounidense para un aliado, después del concedido a Israel.

El fortalecimiento de las Fuerzas Armadas puso en jaque a la cúpula guerrillera

2002 Álvaro Uribe ganó las elecciones presidenciales siendo abiertamente enemigo de las FARC. Su política de ‘seguridad democrática’ aunó esfuerzos para combatir a la guerrilla con unas Fuerzas Armadas revitalizadas por la inyección de capital extranjero. En 2008, terminando el mandato de Uribe, murió de un infarto a los 77 años alias ‘Tirofijo’, el por entonces guerrillero más viejo del mundo, y cofundador de las FARC.

Las operaciones contra la guerrilla del Gobierno Uribe habían sido lideradas por el ministro de Defensa Juan Manuel Santos. El éxito obtenido, más el respaldo del propio Uribe, le valieron ser elegido como el nuevo presidente de los colombianos. En su primer mandato, Santos continuó con la ofensiva militar contra la guerrilla, al punto de abatir a alias ‘Alfonso Cano’, el comandante que había sucedido a ‘Tirofijo’ como líder de la guerrilla. El propio presidente Santos reveló que fue este comandante con quien se realizaron los primeros contactos para una aproximación con miras a unos diálogos de paz.

Los Acuerdos de Paz de la Habana, para el final de 50 años de conflicto

Justamente, con la posibilidad de reelegirse, el presidente Santos prometió que su segundo mandato traería la paz para los colombianos. Su campaña fue un éxito y venció al candidato de Uribe que estaba en contra de dialogar con las FARC. En este contexto, nacieron los Acuerdos de Oslo y de La Habana en 2012, en los cuales el equipo negociador del Gobierno y el ‘Secretariado’ de las FARC, discutieron temas agrarios, la participación en política a través de un partido con curules en el Congreso, la dejación de armas, la reparación y el reconocimiento de las víctimas del conflicto, la reincorporación de los guerrilleros a la vida civil y todo amparado bajo un sistema de justicia transicional para juzgar los actores del conflicto, conocido como la JEP, la Justicia Especial para la Paz.

Presidentes Santos y Uribe:posturas opuestas

En 2016, y tras 4 años de diálogos con la cúpula de la guerrilla, el conflicto armado colombiano con la guerrilla de las FARC llegaba a su final. Santos había prometido que la última palabra la tendrían los colombianos, así que sometió el pacto con la guerrilla a un referendo en el que sorpresivamente la opción del «No» se impuso por la mínima diferencia, menos de un punto porcentual. Aún así, Santos aprobó los acuerdos por la vía del decreto presidencial y se firmaron el 24 de noviembre del mismo año.

Hoy, 5 años después, Colombia se encuentra sumida en una profunda polarización, entre quienes denuncian un acuerdo rechazado por la mayoría que abre, supuestamente, la puerta a la impunidad y quienes aseguran que las promesas de los acuerdos no han sido cumplidas y que miles de víctimas de la violencia siguen sin ser reconocidas ni reparadas.