
Ahavá, el orgasmo femenino bucogenital y dígito-genital,ensoñado por una adolescente en un poema de amor bíblico. El Xir HaXirím de Salomón
Salomon, hijo del rey David, gobernó sobre un extenso territorio durante casi cuatro décadas, entre los años 965 y 928 a. C. y tuvo grandes amores. Durante su reinado se construyó el primer Templo de Jerusalén y se le atribuye la autoría del Libro de Eclesiastés, Libro de los Proverbios y Cantar de los Cantares.
“Todo el universo desde su creación hasta ahora no supera al día en que Israel obtuvo el Xir HaXirim”. Ese argumento lo utilizó el sabio judío Rabi Akiva ante la asamblea de la cúspide de los sabios judíos de la época, reunidos en el Sanhedrin en Yavne, Israel, alrededor de los años 90 del primer siglo de nuestra era, para obtener allí la aprobación de ese poema de amor, como parte constitutiva de la Biblia hebraica.
De este modo los maestros judíos de mayor autoridad intelectual de aquella época legitimaron esta decisión canónica definitiva para el judaísmo, y su texto se recita por eso en la fiestas anuales de Peisaj, la fiesta de la liberación del yugo faraónico, así como en las bodas judías. Al mismo tiempo esta decisión salvó, felizmente para toda la literatura universal, una de las obras poéticas más maravillosas en la historia de la humanidad, conocida bajo los más diversos nombres y en las más diversas lenguas: שִׁיר הַשִּׁירִים , Cantar de los Cantares, Cántico dei Cantici, Hoehelied, Song of Songs, Canticum Canticorum, Cantique des Cantiques, Højsangen, האשירים שיר , Ἄσμα Ἀσμάτων, Песнь песней, etc.
En este ensayo consideraremos la posibilidad de que junto al Rey Salomón haya existido una co-autora femenina de este poema, dado el claro carácter feminista del texto. En forma repetida este poema hace alusión a orgasmos femeninos de la adolescente Xulamit, pero en ni una sola línea aparece, ni siquiera insinuada, una penetración masculina ni menos aún un orgasmo masculino dentro de la mujer. Al mismo tiempo considero que el Xir HaXirím es el primer poema surrealista de la literatura internacional. Este poema cambia continuamente el escenario, de modo que sorprende con la sucesión de atmósferas y emociones, que se ensamblan una a la otra en forma armónica, como una pintura con escenas paralelas que son conectadas por algunos elementos estróficos, como por ejemplo el repetido deseo de la adolescente Xulamit de ser acariciada hasta el éxtasis erótico, un nexo que une a los relatos intercalados entre los resurgimientos de ese deseo. Una técnica surrealista similar la encontraremos por ejemplo tres milenos más tarde en el Romancero Gitano de Federico García Lorca, característico también por su mensaje erótico genialmente poetizado, bien al estilo del XirHaxirím.
El 11 de junio de 1573 la monja Madre Teresa de Ávila le solicitó por carta a “Su Majestad, nuestro Señor”, el Rey de España Felipe II, bisnieto de los Reyes Católicos, su apoyo político y financiero para continuar fundando monasterios de su nueva Orden de las Carmelitas Descalzas. Como presente le obsequió – aparentemente – un trabajo titulado “Conceptos del amor de Dios. Sobre algunas palabras de los «Cantares» de Salomón” escrito para sus monjas, pero dedicado explícitamente a “Su Majestad (que ha servido que se funden [estos monasterios] de la Primera Regla del Monte de Carmelo que a algunas en particular son tantas las mercedes que Nuestro Señor [el Rey Felipe II] les hace)”. Sor Teresa comienza el ensayo citando las dos primeras líneas del Cantar §1.1 “Béseme el Señor con el beso de su boca, porque más valen tus pechos que el vino”. La monja agrega: “parece que el alma está hablando con una persona y pide la paz de otra porque dice «Béseme con el beso de su boca ». Y luego parece que está diciendo a con quien está: «Mejores son tus pechos». Ésto no entiendo cómo es” y se disculpa por “nuestros entendimientos tan bajos. No gastéis el pensamiento, no es para mujeres”. Madre Teresa no podía saber qué justificada estaba su desconfianza hacia el texto bíblico que había llegado a sus manos en forma de retraducción del hebreo al latín y del latín al castellano por la iglesia católica. He subrayado la expresión “tus pechos” [en hebreo: “pechos tuyos”] porque se trata de un invento de un mal traductor, el autor de la llamada “Biblia Vulgata”, San Jerónimo [Sophronius Eusebius Hieronymus, 347-420, junto a San Augustín, uno de los Padres de la Iglesia] , incapaz de distinguir en el año 400, en el que elaboró la Vulgata, que en hebreo“mimos tuyos” “dodé-ja” דֹּדֶ֖יךָ es diferente de “pechos tuyos” “dadda-ja” דַּדַּיׅך [ver Abraham Geiger:”Urschrift und Überstezungen der Bibel”, pág. 401-403, Verlag Madda, Frankfurt/Main, 1928, 2ª Edición] dado que ambas acepciones tenían entonces la misma grafía דדיך , pese a su diferente pronunciación. Y es que en el hebreo antiguo las vocales – representadas en el presente por puntuaciones – eran omitidas hasta el siglo IX, época en que estas vocalizaciones – la condición imprescindible para distinguir “pechos tuyos” de”mimos tuyos” – recién fueron inventadas en la Escuela de Escribas Masoréticos en Tiberías, Galilea [780 und 930, https://de.wikipedia.org/wiki/Masoretischer_Text]. No obstante, la censura católica obligó a Madre Teresa a quemar este manuscrito por “feminista”, del que sólo quedan fragmentos reconstruidos [https://www.teresavila.com/ficha/mandantes-y-destinatarios-de-los-escritos-teresianos/ “El librito teresiano esta destinado, por tanto, al reducido mundillo de lectoras carmelitas. Hasta que irrumpe, desde fuera, el teólogo censor que no aprueba ese proyecto ‘femenino’. Y Teresa lo arroja al fuego.” Así lo afirma la Orden Carmelitana oficialmente]. El talmudista y catedrático universitario Issac Margolis me aclaró que “dodé-ja” significa también “la excitación que me provocas“, no sólo la “ternura” o el “mimo”.
El motivo inconfesado del fervor de la jerarquía católica por la “inmaculada concepción de María” es menos la demonización del coito heterosexual, sin el que ningún obispo ni cardenal hubiera sido dado a luz por su respectiva madre, sino el temor pánico del orgasmo femenino. Este privilegio tan natural de la mujer normal, le crea una fuente de éxtasis, tan intensa como todo otro trance típico de algunas otras religiones y la hace independiente de placeres sustitutivos. Demonizar el orgasmo femenino le implica al cura confesor poner en sus manos un instrumento de chantaje moral y de manipulación, del que sufrió por ejemplo la Madre Teresa de Ávila, como la describe en su confesiones [“Obras de Santa Teresa de Jesús”. Editorial jesuita IHS “Apostolado de la prensa S.A.”, Madrid, 1944, 5ª Edición] Por ejemplo:”no me dejaba el demonio de tentar” [página 16]; o también “Si los padres ya no quieren mirar a poner a sus hijas adonde vayan camino de salvación [es decir, recluirlas en un convento], … y pensando que se van a servir al Señor y a apartar de los peligros del mundo, se hallan en diez mundos juntos que ni saben cómo valerse ni remediar; que la mocedad y sensualidad y demonio las convida e inclina a seguir algunas cosas que son del mismo mundo”, [página 40]; o más claramente aún; “Basta ser mujer para caérseme las alas , cuanto más mujer, más ruin” [página 65]. En su libro “Castillo Interior o Las Moradas” La Madre Teresa advierte a monjas jóvenes “Porque, como dije, aun el mismo natural nos puede engañar allí alguna vez. Porque aunque no hay tanto lugar para entrar, las cosas ponzoñosas, unas lagartijillas, sí, que como son agudas, por doquier se meten, …. porque son piensamientillos que proceden de la imaginación (e) importunan muchas veces” [página 538].
En otro ensayo [“El nombre de mi padre es שײַע Reflexiones”, Versión 28, 20.08.2019] escribí al respecto :
«Teresa de Ávila, desconocía el término “orgasmo” [inventado por Sigmund Shloime Freud recién 1904 en su libro
“3 Abhandlungen”] pero utilizaba varias otras palabras castellanas para expresar la misma vivencia psiconeurológica. En su libro “Castillo interior o de las moradas” (“Obras de Santa Teresa de Jesús”. Quinta edición. Madrid, Apostolado de la prensa S.A., 1944, páginas 482-653), escrito del 2 de junio al 29 de noviembre de 1577, a los 62 años de edad, describe un método de alcanzar el orgasmo, un fenómeno sobrenatural como ella escribe (pág.528, §3.1) como resultado de un ejercicio de concentración mental o de meditación, basado en la oración, y pasando en la imaginación por siete moradas sucesivas, secretas, hasta obtener el clímax: Morada Sexta, §4. «Trata de cuando suspende Dios el alma en la oración con arrobamiento, o éxtasis o rapto, que todo es uno a mi parecer» (página 571) La estructura de esas moradas – etapas de creciente concentración mental – asemeja a alguna de las Sefirot cabalísticas del rabino MoisésBen Xemtov de León en su libro Sohar, quien yace, curiosamente, en el antiguo cementerio judío ubicado en la Huerta del Monasterio de la Encarnación en la misma Ávila que Sor Teresa. Encontramos por tanto coincidencias geográficas, monásticas y temáticas en la práctica del éxtasis entre ambas personalidades, amén de su común origen judío. [https://sefardies.es/es/moises-de-leon]. Lo correspondiente a la descripción orgásmica de Shulamit en el §8.6-8.7 del Cantar de los Cantares lo encontramos en Teresa de Ávila descrito con las siguientes palabras: “§4.13 .Pues tornando a lo que decía, manda el Esposo cerrar las puertas de las moradas y aun las del castillo y cerca; que en queriendo arrebatar esta alma se
[A] le quita el huelgo [[el aliento, el resuello, el descanso]] de manera, que aunque dure un poquito más, algunas veces los otros sentidos, en ninguna manera puede hablar [[puede, cuando mucho, balbucear]]; aunque otras veces todo se quita de presto [[de pronto, repentinamente]] y se enfrían las manos y el cuerpo de manera, que
[B] no parece tiene alma, ni se entiende algunas veces si hecha el huelgo [[si respira]]. Esto dura poco espacio, digo para estar en un ser, porque quitándose esta gran suspensión un poco, parece que el cuerpo torna algo en sí y se alienta para tornarse a morir y dar mayor vida al alma, y con todo, no dura mucho
[C] este tan gran éxtasis. $4.14 Mas acaece, aunque se quita, quedarse la
[D] voluntad tan embebida y el
[E] entedimiento tan enajenado,
[F] y durar así día, y aun días, que parece no es capaz para entender en cosa que no sea para
[G] despertar la voluntad a amar, y ella se está harto despierta para esto y [[en cambio]] dormida para
[H] arrostrar a asirse a ninguna criatura. … §4.17 No sé si queda algo a entender de qué cosa es
[J] arrobamiento; que todo, es imposible, como he dicho, y creo que no se ha perdido nada en decirlo para que se entienda lo que es; porque hay efectos muy diferentes en los fingidos arrobamientos. No digo fingidos, porque quien los tiene no quiere engañar, sino porque ella lo está”.
He desmenuzado el texto original de Madre Teresa para honorar la riqueza de términos de la lengua castellana que ella encuentra, a fin de describir la vivencia orgásmica. Esta enumeración en sí es ya un aporte literario muy valioso de Madre Teresa a la riqueza expresiva del castellano de su época. Sabemos en el ínterin que la bioquímica del orgasmo se materializa (entre otros factores) en un derrame de la hormona endorfina, un opioide natural, producido en las glandulas cervicales Hypófisis e Hypotálamo, enviado como conmutador a la glándula basal Nucleus Accumbens del cerebro central [el centro de recompensa y de placer], que es la que contiene los receptores para dicha “hormona de felicidad” [https://www.brain-effect.com/magazin/endorphine-glueckshormone]
Madre Teresa explica en un capítulo previo cómo llegó a la idea de las moradas preparatorias del orgasmo: a través de un pasaje del “Cantar de los Cantares” en que es Jesús personalmente el objeto erótico de la monja en su trance sexual, el que – dice ella – “cierra (tras ella) las puertas de la morada”: Moradas Quintas, pagina 541, §1,12: “Ahora me acuerdo sobre esto que digo – de que no somos parte – de lo que habéis oído que dice la Esposa en los Cantares (2.4): «Llevóme el rey a la bodega del vino» [[para embriagarme]] o «metióme» creo que dice. Y no dice que ella se fue [[por decisión propia a la bodega del embriague]]. Y dice también (3.2) que «andaba buscando a su Amado» por una parte y por otra. Ésta entiendo es la bodega donde nos quiere meter el Señor [[Jesúscristo]] cuando quiere y como quiere, más por diligencias que nosotros hagamos [[por nuestro propio esfuerzo autoerótico, manual]] no podemos entrar. Su Majestad nos ha de meter
[K] y entrar Él en el centro de nuestra alma, y para
[L] mostrar sus maravillas [[el orgasmo]] mejor no quiere que tengamos en ésta más parte de
[M] la voluntad que del todo se le ha rendido, ni que se abra la puerta de
[N] las potencias y sentidos, que todos [[los sentidos]] están dormidos; sino entrar en el centro del alma sin ninguna, como entró a sus discípulos cuando dijo (Juan, §20.19) «Pax vobis», y salió del sepulcro sin levantar la piedra. Adelante veréis cómo su Majestad quiere que
[O] le goce el alma en su mismo centro, aun más que en la postrera morada [[en el éxtasis, fuerte como
[P] “tornarse a morir”]]” .
Este fragmento es una muestra hermosísima de una reflexión erótica femenina, escrita en castellano de manos de una mujer, quizás la más antigua en la literatura española, describiendo su propia experiencia orgásmica. Este éxtasis de generación mental es para la monja el único legítimo, como “Esposa de Cristo”, porque ha sido sublimado en la persona del varón Jesús de Nazareth, ישוע מנצרת ,el cual santifica de por sí, como objeto de deseo sexual, el éxtasis buscado y experimentado.
Es admirable constatar la riqueza de expresiones que Teresa de Ávila le extrae a la lengua castellana para describir metafóricamente la más intensa experiencia de placer mental y corporal que le ofrece su feminidad con el privilegio del orgasmo:
[A] le quita el huelgo [[el aliento, el resuello, el descanzo]],
[B] no parece tiene alma,,
[C] este tan gran éxtasis ,
[D] voluntad tan embebida,
[E] entedimiento tan enajenado,
[F], y durar así día, y aun días,
[G] despertar la voluntad a amar,
[H] (estar demasiado) dormida para arrostrar a asirse a ninguna criatura,
[J] arrobamiento,
[K] y entrar Él en el centro de nuestra alma,,
[L] mostrar sus maravillas [[el orgasmo]],
[M] la voluntad que del todo se le ha rendido, [N] las potencias y sentidos, que todos están dormidos;
[O] le goce el alma en su mismo centro,
[P] éxtasis, fuerte como “tornarse a morir”]]” . Vamos a ver más adelante que la comparación del orgasmo con la muerte ya aparecía en el capítulo del “Cantar”, 2.500 años antes de Teresa de Ávila, formulada por la adolescente Xulamít. Mientras que la Iglesia Católica venera la imagen de una Virgen María frígida, inseminada inconscientemente por el misterioso Espíritu Santo (Lucas §1.35: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al Santo Niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios”) la Madre Teresa de Ávila acosa al hijo de María con su exigente voluptuosidad, implorándole porque la bese con el beso de su boca, que yazga con ella en el lecho que ella le ha preparado y que penetre en el centro de ella y permanezca en ella todo un día o aun días, Xulamit en cambio se refiere en el Xir Haxirim no a una persona desconocida y simbólica, sino a un amante concreto, su pastorcito amigo, que la introdujo al éxtasis erótico. ¿Cómo no alarmarse el sacerdote inspector de la integridad ideológica y moral de las monjas, del peligro, de que la propia monja priora proclame en forma tan manifiesta su adhesión voluptuosa a un varón, aun cuando fuera éste el objeto central indiscutido de adoración de toda esa organización?
Otro ejemplo de sexualidad intramonacal es el de los 50 poemas de amor que la jerónima mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) le escribió a la Condesa de Paredes de Nava, Marquesa de la Laguna y Virreina de Nueva España, María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga (1649 – 1729), , quien – a su vez recíprocamente enamorada – la visitaba varias veces a la semana en el apartamento que la monja poseía en su convento en Ciudad de Mèxico. En un poema Sor Juana delata que ha sido acariciada genitalmente por su amada y es de suponer que esas caricias llegaron a ser espontáneamente recíprocas.
“como el niño que, inocente,
aplica incauto los dedos
a la cuchilla, engañado
del resplandor del acero
[http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/inundacion-castalida–0/html/e59d0e1e-7e62-4169-9386-247b6678ec06_5.html citada también en Octavio Paz, pág. 323 de su libro “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe”, versión alemana, Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 1991 ]
Y escribe también en su poema “Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba”
“Baste ya de rigores, mi bien, baste;
no te atormenten más cielos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.”
[https://es.wikisource.org/wiki/Esta_tarde,_mi_bien; mencionado también en Octavio Paz, página 327
Éstas lineas recuerdan lo que habíamos citado de Teresa de Ávila sobre las tentaciones de la vida monacal para las monjas recluidas: “ni saben cómo valerse ni remediar; que la mocedad y sensualidad y demonio las convida e inclina a seguir algunas cosas que son del mismo mundo”, [página 40 de “Las Moradas”];
Muy contraria es la actitud del autor del “Cantar” respecto del derecho natural de la mocedad femenina al goce orgásmico. La adolescente de la que se trata en el Cantar de los Cantares , el Shir Ha Shirím / שִׁ֥יר הַשִּׁירִ֖ים , se llama Xulamít שּׁ֣וּלַמּׅית y debe tener unos 14 años de edad, porque en §8.8 sus hermanos mencionan que aún no tiene pechos. En el texto hebreo original leemos ya al comienzo la exclamacíón de la adolescente enamorada Xulamit:
1.2 יִשָּׁקֵ֨נִי֙ מִנְּשִׁיקֹ֣ות פִּ֔יהוּ כִּֽי־טֹובִ֥ים דֹּדֶ֖יךָ מִיָּֽיִן׃
“Ix-xaké-ní min-nexicót pi-hú” יִשָּׁקֵ֨נִי֙ מִנְּשִׁיקֹ֣ות פִּ֔יהוּ
que yo interpreto “Oh si él me besara con (los) besos de su boca”
”ki-tovím dodé-já mi-iaín” = כִּֽי־טֹובִ֥ים דֹּדֶ֖יךָ מִיָּֽיִן “ Puesto que los placeres/las delicias de tus excitaciones (me embriagan) más que el vino”
(Copio el texto hebreo de la versión https://www.bibelwissenschaft.de/online-bibeln/biblia-hebraica-stuttgartensia-bhs/lesen-im-bibeltext/bibel/text/lesen/stelle/22/10001/19999/ch/4c016dabfc6af8a9c8f64664f9755de6/ y cotejo también la transcripción interlineal de https://www.scripture4all.org/OnlineInterlinear/OTpdf/can7.pdf
Usaré para la letra hebrea “שׂ”, en mi transcripción fonética, la letra “X”, con su pronunciación catalana o vasca, equivalente al CH francés o al SH inglés, o como aparece en el texto cervantino original, el “Don Quixote”.
El hecho de que el Cantar comience con este curioso deseo de la muchacha adolescente ha provocado siempre asombro y aprietos morales en los comentaristas desde hace 3000 años, supuesto que el texto provenga efectivamente del Rey Salomón / Xlomó / שְׁלֹמֹֽה /, quien rigiera del 970 al 931 antes de nuestra era – es decir hace 3000 años – el reino heredado de su padre David. [De Salomón provienen – junto al “Cantar de los Cantares” – sus Salmos, su Eclesiastés y sus Proverbios, los otros tres libros que se le adjudican]. Hay empero un solo beso de la boca del amante que embriague más que el vino a Xulamít: el beso genital. En el mismo capítulo primero [de 8 capítulos en total] del poema, Xulamit explica que ella posee un pequeño viñedo, aparentemente heredado de su madre. Ella duerme en el lecho materno, lo que indicaría que su madre falleció y que Xulamit se estableció en el antiguo dormitorio materno, ahora despoblado. Efectivamente: en el poema Xulamit afirma (versos §5.-6). “Negra soy y hermosa. No me miréis porque soy negra. Me ha tostado el sol. Los hijos de mi madre me amonestaron, me mandaron cuidar sus viñedos. El mío propio [presumiblemente el heredado de su difunta madre] lo descuido.” Es evidente que en una familia de viticultores como la suya, Xulamit sabe bien lo que el embriague con vino hace de un ser humano. Por lo tanto tiene un nivel comparativo real para juzgar que el embriague del beso de su amante debe ser más intenso que el provocado por el vino de quienes se emborrachan en su presencia.
Pero en el capítulo §7 del poema se confirma que en el verso §1.2 aquí citado el poeta, efectivamente, habla de un beso genital que embriaga. La familia de Xulamit pertenece en Jerusalem, donde ella habita, a la clase media granjera, dueña por un lado de viñedos y por el otro de un rebaño de ovejas, las que Xulamit saca diaramente a pastorear en la praderas en rededor de la ciudad. Ella se queda allí con las ovejas, aparentemente hasta la caída del sol. El poema relata los encuentros asiduos de la pastorcita en el correr del día con un muchachito de la misma clase social, quien también acude allí, porque está a cargo del rebaño de su propia familia. Así es que surge el romance de amor que relata el poema. El pastorcito introduce a Xulamit cuidadosamente en el amor, sin penetrar en ella. En cambio sí le mima el pubis con su mano derecha, llevándola al orgasmo, además de besárselo con el mismo objetivo.
Una escena del poema transcurre en el capítulo §7 en una pradera en un día cálido. Xulamit se ha desnudado para iniciar con su novio una sesión de amor. El noviecito la incita:
7.1 Date vuelta, date vuelta Xulamit, = “xuví xuví hax-Xulamit” = שׁ֤וּבִי שׁ֨וּבִי֙ הַשּׁ֣וּלַמִּ֔ית
Date vuelta, date vuelta, verte queremos. “Xuví xuví ve-nejetsé baj” שׁ֥וּבִי שׁ֖וּבִי וְנֶחֱזֶה־בָּ֑ךְ
¿Qué queréis ver en Xulamit? “Ma tejetsú bax-Xulamit” מַֽה־תֶּחֱזוּ֙ בַּשּׁ֣וּלַמִּ֔ית
el meneo de sus dos nalgas „ki-mjolat ham-majanaím“ כִּמְחֹלַ֖ת הַֽמַּחֲנָֽיִם
7.1שׁ֤וּבִי שׁ֨וּבִי֙ הַשּׁ֣וּלַמִּ֔ית שׁ֥וּבִי שׁ֖וּבִי וְנֶחֱזֶה־בָּ֑ךְ מַֽה־תֶּחֱזוּ֙ בַּשּׁ֣וּלַמִּ֔ית כִּמְחֹלַ֖ת הַֽמַּחֲנָֽיִם׃
7.2 Qué hermosos „ma iafú“ מַה־יָּפ֧וּ tus pies „feamaij“ פְעָמַ֛יִךְ
en tus sandalias ּ“bannealím“ בַּנְּעָלִ֖ים hija de príncipe „bat nadiv“ בַּת־נָדִ֑יב
la junción „jamuké“ חַמּוּקֵ֣י de los muslos tuyos „ierejai.ij“ יְרֵכַ֔יִךְ
como kmu כְּמֹ֣ו una joya „jalaím“ חֲלָאִ֔ים elaborada por „ma-asé“ מַעֲשֵׂ֖ה
[por] manos de artífice „iedé omán“ יְדֵ֥י אָמָּֽן
7.2מַה־יָּפ֧וּ פְעָמַ֛יִךְ בַּנְּעָלִ֖ים בַּת־נָדִ֑יב חַמּוּקֵ֣י יְרֵכַ֔יִךְ כְּמֹ֣ו חֲלָאִ֔ים מַעֲשֵׂ֖ה יְדֵ֥י אָמָּֽן׃
7.3 Tu pubis ”xorréj“ שָׁרְרֵךְ֙ un caliz „ag-gan“ אַגַּ֣ן circular „has-sahár” הַסַּ֔הַר
donde el vino mosto nunca se agota, ”al iejsar ham-matseg” =. אַל־יֶחְסַ֖ר הַמָּ֑זֶג
Tu vientre una colina de trigo „bitnej aremat jitim“ = בִּטְנֵךְ֙ עֲרֵמַ֣ת חִטִּ֔ים
rodeado de lirios, „sugá bax xuxanim“ = סוּגָ֖ה בַּשֹּׁושַׁנִּֽים
7.3 שָׁרְרֵךְ֙ אַגַּ֣ן הַסַּ֔הַר אַל־יֶחְסַ֖ר הַמָּ֑זֶג בִּטְנֵךְ֙ עֲרֵמַ֣ת חִטִּ֔ים סוּגָ֖ה בַּשֹּׁושַׁנִּֽים
7.4 Los dos „xené“ שְׁנֵ֥י pechos tuyos „xadaij“ שָׁדַ֛יִךְ
como dos „kixné“ כִּשְׁנֵ֥י cervatillos „ofarím“ עֳפָרִ֖ים,
gemelas „zamí“ gacelas tseviiá“ = צְבִיָּֽה
7.4 שְׁנֵ֥י שָׁדַ֛יִךְ כִּשְׁנֵ֥י עֳפָרִ֖ים תָּאֳמֵ֥י צְבִיָּֽה׃
El autor del Cantar usa la expresión “Ha-Matseg”, [הַמָּ֑זֶג] que de acuerdo con el diccionario alemán de Wilhelm Gesenius “Hebraeisches und aramaeisches Handwoerterbuch über das Alte Testament” [Gesenius, página 433), implica en hebreo “vino disuelto o mezclado” (en alemán: “gemischter Wein”), y en arameo y árabe también “vino alargado con agua”; en España en cambio le dirían simplemente “sangría”, libre de otras asociaciones. Es muy probable, en cambio, que se trate de mosto, prematuramente contaminado con levadura, para que comience a fermentar, con oxidación muy restringida, de modo que conserve aun su dulzura, lo que suele llamarse vino joven o mosto pre-fermentado, pero ya ligeramente efervescente. En Alemania se le llama “Federweisser” o “Rauscher” por las burbujas de fermentación que emite.
El caliz ubicado en la junción [„jamuké“ חַמּוּקֵ֣י] entre sus muslos, en el cual “el vino mosto nunca se extingue”, es una hermosa alusión poética al beso genital, en el que muchachito liba ese néctar, degustándolo, mientras que la amada experimenta simultáneamente un embriague de placer genital, tal como lo insinuaba el verso inicial §1.2 Pero hay otro pasaje del poema en el que Xulamit hace mención al acto de libarle su néctar íntimo por parte de su amado. Se trata del comienzo del capítulo final el, octavo.
Advertencia: Respeto en mi versión la posición del pronombre detrás del verbo en el hebreo, tal como en el portugués:(Diéra-te, Besaría-te), para que el lector confirme la traducción interlineal, cotejando mi transcripción fonética en letras latinas con el original adjunto en letras hebreas
§8.1 מִ֤י יִתֶּנְךָ֙ כְּאָ֣ח לִ֔י יֹונֵ֖ק שְׁדֵ֣י אִמִּ֑י אֶֽמְצָאֲךָ֤ בַחוּץ֙ אֶשָּׁ֣קְךָ֔ גַּ֖ם לֹא־יָב֥וּזוּ לִֽי׃
Quien diérate [=Si fueras] “mi jitén-ja” מִ֤י יִתֶּנְךָ֙ como hermano mío “keaj-li” כְּאָ֣ח לִ֔י
que mamó de los pezones „ionek xedé“ יֹונֵ֖ק שְׁדֵ֣י de la madre mía „im-mi“ אִמִּ֑י
encontrándote fuera „emtsa-ja vajuts“ אֶֽמְצָאֲךָ֤ בַחוּץ֙ besaríate „ex-xaké-ja“ אֶשָּׁ֣קְךָ֔
nadie amonestaríame „gam lo-iavutsú li“ גַּ֖ם לֹא־יָב֥וּזוּ לִֽי
§8.2 אֶנְהָֽגֲךָ֗ אֲבִֽיאֲךָ֛ אֶל־בֵּ֥ית אִמִּ֖י תְּלַמְּדֵ֑נִי אַשְׁקְךָ֙ מִיַּ֣יִן הָרֶ֔קַח מֵעֲסִ֖יס רִמֹּנִֽי׃
Conduciríate, llevaríate “enhagá-ja aviá-ja” אֶנְהָֽגֲךָ֗ אֲבִֽיאֲךָ֛
a casa de la madre mía „il bet im-mí“ instruiríasme „telamedé-ni“ תְּלַמְּדֵ֑נִי
daríate de beber „axkej-ja“ אַשְׁקְךָ֙ del vino mosto „mi-iaín he-rekáj“ מִיַּ֣יִן הָרֶ֔קַח
del jugo de la granada mía „me-asís rimmon-i“ מֵעֲסִ֖יס רִמֹּנִֽי׃
La idea del cáliz vaginal, en el que “el vino mosto nunca se extingue”, descrita en 7.3 por el novio de Xulamit, es repetida esta vez por Xulamit misma, quien se refiere al „jugo de mi granada“, en una imagen poética muy delicada. Se trata de la misma referencia que Xulamit hizo en el verso inicial §1.2 del poema, añorando el placer que ese beso genital le ocasiona. Este erotismo no tiene nada de vulgar y muestra la identificación de Xulamit con su feminidad corporal, ajena radicalmente al ideal histórico de la tradición católica, la cual venera – con la Inmaculada Concepción de María – en forma representativa, al “ideal de mujer sexualmente frígida”, inculcado en la clásica educación monacal. Bajo ningún concepto Xulamit aceptaría – como lo hace repetidamente Madre Teresa de Ávila en su biografía – que ella es una mujer vil y miserable, si busca y disfruta el placer orgásmico y si lo genera por auto-excitación manual. “Con decir disparates me remedio algunas veces. Señor, no olvidéis tan presto tan grandes males míos. No pongáis tan precioso licor en vaso tan quebrado, pues habéis ya visto de otras veces que lo vuelvo a derramar … las ponéis en poder de cosa tan ruin, tan baja, tan flaca, tan miserable …yo soy, en fin, mujer y no buena sino ruin veía después mi necedad y poca humildad [Teresa de Ávila, extractos selectos de páginas 114-115]”
Muy por el contrario a los autorreproches de Madre Teresa, la adolescente Xulamit describe en el Xir HaXirím, 2.500 años antes que Teresa de Ávila, una fantasía erótica nocturna, en la que su propia mano se empapa con su néctar vaginal, mientras que ella imagina vívidamente, que es la mano de su amado la que se introduce en su ranura genital, hasta que concluye reconociendo, que fue solo un ensueño. .
§5.2 יאֲנִ֥י יְשֵׁנָ֖ה וְלִבִּ֣י עֵ֑ר קֹ֣ול׀ דֹּודִ֣י דֹופֵ֗ק פִּתְחִי־לִ֞י אֲחֹתִ֤י רַעְיָתִי֙ יֹונָתִ֣י תַמָּתִ֔י שֶׁרֹּאשִׁי֙ נִמְלָא־טָ֔ל קְוֻּצֹּותַ֖י רְסִ֥יסֵי לָֽיְלָה׃׃
Yo duermo „Ani iexená “ יאֲנִ֥י יְשֵׁנָ֖ה (pero) mi corazón [está] despierto „ve-libí er“ וְלִבִּ֣י עֵ֑ר
la voz de mi amado „col dodí“ קֹ֣ול דֹּודִ֣י golpea/llama „dofék“ דֹופֵ֗ק
Ábreme „pitjí-li“ פִּתְחִי־לִ֞י hermana mía „ajót-i“ אֲחֹתִ֤י amiga mía „raiat-i“ רַעְיָתִי֙“
paloma mía „ionat-i“ יֹונָתִ֣י inmaculada mía „tammat-i“ תַמָּתִ֔י
la cabeza mía [está] plena de rocío „xerox-í nimlá-tal“ שֶׁרֹּאשִׁי֙ נִמְלָא־טָ֔ל
los rizos míos „kevutts-tsotá-i“ קְוֻּצֹּותַ֖י goteantes “resisé“ רְסִ֥יסֵי de la noche „lailá“ לָֽיְלָה
§5.3 פָּשַׁ֨טְתִּי֙ אֶת־כֻּתָּנְתִּ֔י אֵיכָ֖כָה אֶלְבָּשֶׁ֑נָּה רָחַ֥צְתִּי אֶת־רַגְלַ֖י אֵיכָ֥כָה אֲטַנְּפֵֽם׃
Desvestí la camisa mía „pasatstí et-kutónt -ti“ פָּשַׁ֨טְתִּי֙ אֶת־כֻּתָּנְתִּ֔י
¿cómo „ejajá“ אֵיכָ֥כָה „ vestirme? elbashén-na“ אֶלְבָּשֶׁ֑נָּה
lavé yo „rajatst-í“ רָחַ֥צְתִּי los pies míos „et-ragla-í“ אֶת־רַגְלַ֖י
¿cómo „ejajá“ אֵיכָ֥כָה ensuciarlos ?„atan-nef-em“ אֲטַנְּפֵֽם
§5.4 דֹּודִ֗י שָׁלַ֤ח יָדֹו֙ מִן־הַחֹ֔ר וּמֵעַ֖י הָמ֥וּ עָלָֽיו׃
Mi amado „dodí“ דֹּודִ֗י llevó la mano suya „xaláj iad-ó“ שָׁלַ֤ח יָדֹו֙
por la ranura „min ha-jor“ מִן־הַחֹ֔ר y las entrañas mías „umeái“ וּמֵעַ֖י
estremeciéronse „hammmú“ הָמ֥וּ en pos de él „aliú“ עָלָֽיו
§5.5 קַ֥מְתִּֽי אֲנִ֖י לִפְתֹּ֣חַ לְדֹודִ֑י וְיָדַ֣י נָֽטְפוּ־מֹ֗ור וְאֶצְבְּעֹתַי֙ מֹ֣ור עֹבֵ֔ר עַ֖ל כַּפֹּ֥ות הַמַּנְעֽוּל׃
Levanté-me „kamtí aní“ קַ֥מְתִּֽי אֲנִ֖י para abrirle „liftoaj“ לִפְתֹּ֣חַ a mi amado „le-dodí“ לְדֹודִ֑י
y mis manos „ve-iadá“ gotearon mirra „natefú mor“ נָֽטְפוּ־מֹ֗ור
y (en) los dedos míos „ve-etsbé-otá-i“ וְאֶצְבְּעֹתַי֙ mirra „mor“ מֹ֣ור
derramándose „over“ עֹבֵ֔ר sobre el picaporte „al kappot“ עַ֖ל כַּפֹּ֥ות
de la cerradura „ham-man-ul“ הַמַּנְעֽוּל
§5.6 פָּתַ֤חְתִּֽי אֲנִי֙ לְדֹודִ֔י וְדֹודִ֖י חָמַ֣ק עָבָ֑ר נַפְשִׁי֙ יָֽצְאָ֣ה בְדַבְּרֹ֔ו בִּקַּשְׁתִּ֨יהוּ֙ וְלֹ֣א מְצָאתִ֔יהוּ קְרָאתִ֖יו וְלֹ֥א עָנָֽנִי׃
Abrí yo „patajtí aní“ פָּתַ֤חְתִּֽי אֲנִי֙ al amado mío „le-dod-í“ לְדֹודִ֔י
[pero] mi amado „ve-dodí“ וְדֹודִ֖י esquivóme/eludióme“jamak avar“ חָמַ֣ק עָבָ֑ר
El alma mía marchóse „nafxí iats-á“ נַפְשִׁי֙ יָֽצְאָ֣ה hacia las palabras suyas „ve daber-o“ בְדַבְּרֹ֔ו
busquélo „bikaxtí-hu“ בִּקַּשְׁתִּ֨יהוּ֙ y no hallélo „metsatí-hu“ מְצָאתִ֔יהוּ
llamélo „kerativ“ קְרָאתִ֖יו [pero] no respondió él „veló ananí“ וְלֹ֥א עָנָֽנִי
Éstos pasajes atestiguan al mismo tiempo – volviendo a Xulamit a la realidad material – que son su propios dedos los que se humedecen y los que gotean mirra, un perfume muy costoso en aquella Judea de Salomón, jugo que debía ser importado desde muy lejos [https://es.wikipedia.org/wiki/Mirra]. Mientras que en los escritos de Madre Teresa de Ávila ese acto de autodistensión es condenado por diabólico, debido a la excitación manual, el autor del poema de Xulamit muestra profunda simpatía y comprensión por esa muchachita enamorada, que no se resigna a confrontarse con ensoñar a su amado, sino que tras su fantasía erótica sale a la calle a buscarlo, si bien en vano. Lo que ambos relatos tienen en común es que hay un amante masculino imaginado en la fantasía erótica y que en ambos casos esa fantasía está asociada a un lecho en que ambos yacen juntos. Repito aquí mi propio trabajo ya citado antes, en el que enumero lo que Madre Teresa de Ávila escribió al respecto, enunciados de un profundo contenido de erótica femenina, en los que sublimiza – citando a Xulamit expresamente – sus propias fantasías orgásmicas. Teresa de Ávila escribe:
”5. ¡Oh!, que es un hacer la cama Su Majestad de rosas y flores para Sí en el alma … Válgame Dios ¿ qué hacemos los religiosos en el monasterio? … ¿en qué mejor nos podemos emplear que hacer aposentos en nuestras almas a nuestro Esposo y llegar a tiempo , que le podamos decir que nos de beso con su boca? (página 663) …!Oh, hijas mías, no hay quien nos quite decir esta palabra a nuestro Esposo, pues le tomamos por tal ((por esposo)) cuando hicimos profesión, sino con nosotras mismas!” 13. así saldréis con ganancia de humildad y el demonio, que está a la mirada de vos y el mundo, quedará corrido. 14. De la paz y daño que con ella ((la humildad)) nos puede hacer nuestra propia carne, había mucho que decir (página 666) Esto he dicho para que alabéis mucho a Dios, hijas, de estar donde aunque vuestra carne quiera pacificarse, en esto no puede. … porque yo sé que esta carne es muy falsa y que es menester entenderla”.(página 667) 16. Tornando al propósito … la esposa señala ((indica)) la paz que pide, diciendo «béseme con beso de su boca» … Bien pudiera decir la Esposa: «Béseme», y parece concluida su petición en menos palabras ((que “de su boca”)). ¿Por qué señala ((indica)) con beso de su boca? Pues a buen seguro que no hay letra demasiada ((en el poema de Salomón)):El porqué yo no lo entiendo. (página 668)
En los párrafos que siguen Teresa de Ávila describe un proceso orgásmico en todas su fases sucesivas, desde la creciente impaciencia inicial de quien prevé qué profundo placer la espera, al estado final de distención post-orgásmica, pasando por el temor pre-final de ser interrumpida prematuramente al arribar a la cúspide sensual en los brazos del amante simbólico que ella dibuja en su imaginación, y el estado de éxtasis en sí mismo, impelido por todas sus hormonas y ansiedades, y llena de gratitud hacia el amante, quien es – en el texto – aparentemente un personaje masculino, el Señor, extremadamente idealizado en la fase del arrobamiento máximo. Y finalmente la fase posterior al orgasmo: “siéntese una suavidad en lo interior del alma tan grande, que se da bien a sentir estar vecino Nuestro Señor de ella” (pagina 682). Lo que sigue es una de las más valiosas descripciones literarias de un orgasmo femenino, redactada por una mujer apasionada. Curiosamente ella cita repetidamente en ese estado de ánimo el primer verso del “Xir HaXirím” bíblico.
Capítulo 3. 15. Pues Señor mío, no os pido otra cosa en esta vida, sino que me beséis con beso de vuestra boca, y que sea de manera ((tal)) que aunque yo me quiera apartar de esta amistad y unión, esté siempre, Señor de mi vida, sujeta mi voluntad a no salir de la vuestra … con verdad que son mejores tus pechos y más sabrosos que el vino.
Capítulo 4. «Más valen tus pechos que el vino, que dan de sí fragancia de muy buenos olores» ((Cantar 1.2-1.3)) 2. “está el alma tan engolfada en esta suavidad” … 3. Así parece es este amor suavísimo … se entra en el alma, y es con gran suavidad, y la contenta y la satisface ((al alma)) y no puede entender cómo ni por dónde entra aquel bien. Querría no perderle, querría no menearse, ni hablar, ni mirar, porque no se le fuese … y está cuando está en ese gozo tan embebida y absorta, que no parece que está en sí, sino con una manera de borrachez divina, que no sabe lo que quiere, ni qué dice, ni qué pide. En fin, no sabe de sí, mas no está tan fuera de sí que no entiende algo de lo que pasa. 4. Mas cuando este Esposo riquísimo la quiere (página 682) enriquecer y regalar más, conviértela tanto en Sí, que como una persona que el gran placer y contento la desmaya, le parece se queda suspendida en aquellos divinos brazos y arrimada a aquel sagrado costado y a aquellos pechos divinos. No sabe más que gozar, sustentada en aquella leche divina que le va criando su Esposo, y mejorando para poderla regalar y que merezca cada día más. Cuando despierta de aquel sueño y de aquella embriaguez celestial, queda como una cosa espantada y embobada y con un santo desatino, me parece a mí, que puede decir esta palabras: «Mejores son tus pechos que el vino». Porque cuando estaba en aquella borrachez, parecíale que no había más que subir; mas cuando se vio en más alto grado y toda empapada en aquella innumerable grandeza de Dios, y se ve quedar tan sustentada, delicadamente lo comparó, y así dice: «Mejores son tus pechos que el vino»”(página 683).
Este conjunto de versos §7.1-7.4 tiene como protagonista en el Xir Haxirím al noviecito de Xulamit. En §1.2 habíamos observado el beso genital, insinuado poéticamente con la intensidad comparativa del embriague sexual, frente al alcohólico. En §7.3 el pastorcito confirma que suele beber el mosto inagotable del cáliz genital de Xulamit. El autor bíblico no tiene, por lo tanto, temor alguno del orgasmo femenino, un fenómeno que en cambio genera pánico en la tradición católica del Siglo XIV en España. Menos aun, veremos cómo en el capítulo final del “Xir HaXirím” el orgasmo femenino es exaltado poéticamente por el autor bíblico.
Curiosamente Xulamit repite en el ”Cantar”, en continuación directa de los versos §8.1-8.2 con los versos adicionales §8.3 -8.4 la nostalgia por la caricia genital manual por parte de su amado, lo que encontramos repetidos 4 veces a lo largo del poema hebreo, caricia genital que Sor Teresa, en cambio, no cita ni una sola vez, pese a que el autor del “Cantar”le concede – como vemos – una enorme importancia.
En efecto, en los versos §2.6-.7, §3.5, §8.3-.4 Xulamit repite su nostalgia por reanudar los orgasmos que su amante, el pastorcito, le ocasiona a ella con sus mimos genitales. Allí leemos y también en 8.7.
§2.6 שְׂמֹאלֹו֙ תַּ֣חַת לְרֹאשִׁ֔י וִימִינֹ֖ו תְּחַבְּקֵֽנִי׃
su (mano) izquierda bajo mi cabeza “semol-ó tajat le-rox-i” שְׂמֹאלֹו֙ תַּ֣חַת לְרֹאשִׁ֔י =
su (mano) derecha excíta-me”v-imin-o tejabb-beke-ni” וִימִינֹ֖ו תְּחַבְּקֵֽנִי׃ =”.
Y agrega en §2.7:
§2.7 הִשְׁבַּ֨עְתִּי אֶתְכֶ֜ם בְּנֹ֤ות יְרוּשָׁלִַ֨ם֙ בִּצְבָאֹ֔ות אֹ֖ו בְּאַיְלֹ֣ות הַשָּׂדֶ֑ה אִם־תָּעִ֧ירוּ׀ וְֽאִם־תְּעֹֽורְר֛וּ אֶת־הָאַהֲבָ֖ה עַ֥ד שֶׁתֶּחְפָּֽץ׃
Os suplico „Hixbati etjem“ הִשְׁבַּ֨עְתִּי אֶתְכֶ֜ם ,
hijas de Jerusalem „benot Ierixalaím“ בְּנֹ֤ות יְרוּשָׁלִַ֨ם֙ , [por los corzos y por las ciervas del campo]
no irrumpáis, no molestéis „Imtairú veim-teroreru““ ֽ אִם־תָּעִ֧ירוּ וְֽאִם־תְּעֹֽורְר֛וּ ּ
el orgasmo „et-hahavá“ אֶת־הָאַהֲבָ֖ה
hasta que no acabe de por sí „ad xet-tejpats“ עַ֥ד שֶׁתֶּחְפָּֽץ .
La experiencia orgásmica de la adolescente es tan intensa que padece de adicción a esa droga de placer. Por lo tanto la expresa en forma dramática:
§2.5 סַמְּכ֨וּנִי֙ בָּֽאֲשִׁישֹׁ֔ות רַפְּד֖וּנִי בַּתַּפּוּחִ֑ים כִּי־חֹולַ֥ת אַהֲבָ֖ה אָֽנִי׃
2.5 Puesto que enferma de amor estoy yo “ki-jolat ahavá ani” כִּי־חֹולַ֥ת אַהֲבָ֖ה אָֽנִי׃
Aquí aparece la doble función semántica concedida por la metáfora poética a la palabra citada.
“Ahava” אַהֲבָ֖ה ׃ es por un lado “Amor/Enamorada-estar” y es por el otro “Orgasmo”
Una de las consecuencias es que prácticamente todos los traductores utilizan solamente la primer versión, cuando se refieren en §2.7, en 3.5 en §8.3-.4 a la situación emergente, no bien la distención postorgásmica comienza de por sí. De ese modo la traducción le quita a esa frase su conexión con la real experiencia amorosa. El traductor español Cipriano de Valera (1602) escribe: “no despertéis ni hagáis velar el amor, hasta que quiera”, lo que carece de sentido. El traductor alemán Klaus Reichert escribe “wenn ihr sie weckt, wenn ihr sie aufweckt, die Liebe, bis es beliebt“ ( „si despertares el amor, hasta que quiera” mi post-traducción S.K.), lo que igualmente carece de sentido. El erudito judeo alemán Martin Buber escribe: “störtet, aufstörtet ihr die Liebe, bis ihrs gefaellt“ (si molestareis, si fastidiareis el amor, hasta que le agrade mi post-traducción S.K.). El traductor alemán Stefan Schreiner lo interpreta: „Weckt nicht und schreckt nicht die Liebe, bis es ihr gefällt“ (no despertéis ni atemoricéis el amor hasta que le agrade mi post-traducción S.K.). La pareja de traductores alemanes Herbert Haag y Katharina Heliger escriben: “”Stört nicht die Liebe, schreckt nicht die Liebe, bis sie es selbst will”(no molestéis al amor, no asustéis al amor, hasta que lo desee de por sí” mi post-traducción S.K.). El gran poeta marrano-hispano Fray Luís de León lo traduce: “No hagáis ruido, porque mi amor está dormido”. El reformador alemán Martin Luther, un monje augustino, autor 1522 de la primera versión alemana de la Biblia Hebraica, lo traduce: “dass ihr meine freundin nicht aufweckt noch regt, bis es ihr gefällt” (que no despertéis ni estimuléis a mi amiga, hasta que le agrade mi post-traducción S.K.). La Biblia católica española de la editorial jesuita BAC, traducida 1969 por los hebraístas eclesiásticos Prof. Eloíno Nácar Fúster y Prof. Alberto Colunga Cueto O.P. [Domínico, ver https://www.bibliatodo.com/la-biblia/version/Nacar-colunga] escribe “no despertéis ni inquietéis a la amada hasta que ella quiera. ” [https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Nacar-colunga/cantares-2]. Podría citar la fuentes francesas o italianas o inglesas, que también fracasan todas – lo que se ve en la multitud de malabarismos en las interpretaciones más diversas – porque se niegan a aceptar la única versión plausible, la profana, neurofisiológica y endocrinológica: “no irrumpáis en el orgasmo, hasta que no se acabe de por sí”. En vez de eso sustituyen el nombre un proceso neurofisiológico, el orgasmo, por una persona concreta, la amiga durmiente, para esquivar una supuesta profanación de un texto sagrado. De ese modo cometen una violación del texto, porque es Xulamit misma quien describe su episodio de placer y por tanto es ella la que habla, mientras que diversos traductores inventan súbitamente a otra persona – quizás el noviecito, pero eso no es especificado en la traducción – que quiere proteger el sueño de su amada. Los traductores hubieran sido más leales al contenido del texto si se hubieran atrevido a transmutar de la terminología poética – que es la que tánto cautiva al lector – a la neuroanatómica y endocrinológica de causa a efecto de las ciencias naturales. “No fastidiéis, interrumpiendo la recepción de la endorfina emitida rítmicamente por mi hipófisis y mi hipotálamo [https://www.brain-effect.com/magazin/endorphine-glueckshormone] hacia el centro de placer en el núcleo accumbens de mi sistema límbico [https://www.dasgehirn.info/denken/motivation/schaltkreise-der-motivation], así como la oxitocina emitida también allí sincrónicamente hacia la musculatura de mi útero, para que ambas se activen simultáneamente (mi útero y su acceso por la matriz váginouteral, éste con convulsiones ventrales) en olas de placer irresistible.” ¡Qué sacrilegio idiomático!
Hemos visto que si es el novio quien bebe del cáliz de Xulamit en §1.2, es Xulamit misma quien se embriaga de placer, más intensamente que si ella misma se hubiera embriagado con vino. El placer labio-genital de Xulamit es descrito aquí con profundo respeto y delicadeza, con una ingenuidad auténtica, libre de toda mala conciencia. Esa tradición hebrea es la que cautiva hasta el día de hoy a quien lee dicho texto sagrado, sin suponerla explícitamente. El amante de Xulamit hace alusión repetida del pubis femenino como a un jardín:
El amante agrega en
4.11 נֹ֛פֶת תִּטֹּ֥פְנָה שִׂפְתֹותַ֖יִךְ כַּלָּ֑ה דְּבַ֤שׁ וְחָלָב֙ תַּ֣חַת לְשֹׁונֵ֔ךְ וְרֵ֥יחַ שַׂלְמֹתַ֖יִךְ כְּרֵ֥יחַ לְבָנֹֽון׃
miel gotea “nófet tit-tofnah” פֶת תִּטֹּ֥פְנָה de tus labios, novia mía “sifotaj-ij, kal-lá” שִׂפְתֹותַ֖יִךְ כַּלָּ֑ה
miel y leche ”deváx ve-jaláv” דְּבַ֤שׁ וְחָלָב֙
debajo de la lengua tuya”taját lexoné-j” תַּ֣חַת לְשֹׁונֵ֔ךְ
lo cual insinúa – con la insistencia en DEBAJO – una metáfora del clítoris de la amada, debajo del cual fluye, anatómicamente correcto, el néctar oloroso.
Esa analogía reaparece en
7.9 אָמַ֨רְתִּי֙ אֶעֱלֶ֣ה בְתָמָ֔ר אֹֽחֲזָ֖ה בְּסַנְסִנָּ֑יו וְיִֽהְיוּ־נָ֤א שָׁדַ֨יִךְ֙ כְּאֶשְׁכְּלֹ֣ות הַגֶּ֔פֶן וְרֵ֥יחַ אַפֵּ֖ךְ כַּתַּפּוּחִֽים׃
que tus pechos sean “ve-iyiú-ná xadái-ij” וְיִֽהְיוּ־נָ֤א שָׁדַ֨יִךְ֙
como racimos de vid “ke-excolot hag-guefén” כְּאֶשְׁכְּלֹ֣ות הַגֶּ֔פֶן
y el aroma de tu NARIZ “ve-reaj apej” וְרֵ֥יחַ אַפֵּ֖ךְ
como de manzanas “kat-tapujím” כַּתַּפּוּחִֽים
Es entonces el amante mismo quien insinúa indirectamente a ambos órganos femeninos, y lo hace metafóricamente el aroma de la vulva y del jardín lindero en el pubis.
Y agrega además en otro capítulo
5.1 בָּ֣אתִי לְגַנִּי֮ אֲחֹתִ֣י כַלָּה֒ אָרִ֤יתִי מוֹרִי֙ עִם־בְּשָׂמִ֔י אָכַ֤לְתִּי יַעְרִי֙ עִם־דִּבְשִׁ֔י שָׁתִ֥יתִי יֵינִ֖י עִם־חֲלָבִ֑י אִכְל֣וּ רֵעִ֔ים שְׁת֥וּ וְשִׁכְר֖וּ דּוֹדִֽים
vengo a mi jardín, hermana mía. “báti le-gan-ní ajót-i” בָּ֣אתִי לְגַנִּי֮ אֲחֹתִ֣י
novia mía “jal-lá“ כַלָּה֒
cosecho mi mirra y mis hierbas aromáticas ”arití mor-i ím besam-í“ אָרִ֤יתִי מוֹרִי֙ עִם־בְּשָׂמִ֔י
como (disfruto) mi panal y mi miel ”ajalti iar-í (panal) im-divx-í (miel)” אָכַ֤לְתִּי יַעְרִי֙ עִם־דִּבְשִׁ֔י
bebo mi leche ”xatití ien-í im-jalav-í” שָׁתִ֥יתִי יֵינִ֖י עִם־חֲלָבִ֑י
comed “ijlu” אִכְל֣וּ, amigos, ”re-ím” רֵעִ֔ים
y bebed “xetú” שְׁת֥וּ y embriagaos “ve-xijrú” וְשִׁכְר֖וּ
(con) ternuras/queridos [¿?] ”dodím” דּוֹדִֽים
Pero en el “Cantar de los Cantares” el novio de Xulamit parece exclamar enamorado, (en la fantasía de ella),
4.7 7כֻּלָּ֤ךְ יָפָה֙ רַעְיָתִ֔י וּמ֖וּם אֵ֥ין בָּֽךְ׃
inmaculada (eres) tú “u-mum eín baj”
citando a su noviecito,del que se imagina oír esas palabras, es decir que en la tradición judía de hace 3.000 años el concepto de mujer inmaculada ya existía, pero no se refería al virgo intacto de la leyenda de San Mateo, ni menos aún al Dogma de la Inmaculada Concepción de Jesús promulgado en el Vaticano recién en el año 1853 por el Papa Pio IX., sino al alma de Xulamit, libre de odios y de intrigas.
Volvamos al verso 1.2 inicial. Le sigue en el verso 1.4 la impaciencia con que Xulamit quiere volver a gozar el placer de la ternura y del mimo genital de su novio, ya mencionado al principio, y que Sor Teresa de Ávila repite en su insistencia erótica:
1.4 מָשְׁכֵ֖נִי אַחֲרֶ֣יךָ נָּר֑וּצָה הֱבִיאַ֨נִי הַמֶּ֜לֶךְ חֲדָרָ֗יו נָגִ֤ילָה וְנִשְׂמְחָה֙ בָּ֔ךְ נַזְכִּ֤ירָה דֹדֶ֨יךָ֙ מִיַּ֔יִן מֵישָׁרִ֖ים אֲהֵבֽוּךָ׃
préndeme hacia tí, apúrate “moxjé-ni ajaré-já narutsá” מָשְׁכֵ֖נִי אַחֲרֶ֣יךָ נָּר֑וּצָה
Éstas líneas de apremio erótico de Xulamit hacia su amante parecen ser las que inspiraron a Madre Teresa de Ávila a apremiar al Hijo de María a que la bese y despose en su alcoba/morada.
Arrástreme tras de ti corramos “moxjé-ní ajaré-já narutsá ” מָשְׁכֵ֖נִי אַחֲרֶ֣יךָ נָּר֑וּצָה
tráeme el Rey (a las) alcobas/moradas-suyas “hevi-aní el hameléj jadaráiv” הֱבִיאַ֨נִי הַמֶּ֜לֶךְ חֲדָרָ֗יו
gozaremos y regocijarémosnos en ti “naguilá ve-nismejá baj” נָגִ֤ילָה וְנִשְׂמְחָה֙ בָּ֔ךְ
, ya discutido.recordaremos tus amores, más intensos que el vino “natskirá dodé-já mi-iaín” נַזְכִּ֤ירָה דֹדֶ֨יךָ֙ מִיַּ֔יִן
Una idea importante en la obra de Teresa de Ávila es sugerir las Moradas sucesivas en las que ella va avanzando etapa por etapa al incrementar su estado de contemplación, hasta alcanzar la intensidad máxima de su éxtasis erótico. Ese libro, “Castillo interior o las moradas” [páginas 483-653, edición citada: “Acabóse de escribir en el monasterio de San José de Ávila, año MDLXXVII ((=1677)) víspera de San Andrés ((=30 de noviembre)) , para gloria de Dios, que vive y reina por siempre jamás. Amén”, escribe Sor Teresa al final de 171 páginas] parece ampliar la idea de la morada a la que el Rey en §1.4 conduce a Xulamit, para que allí ambos, el amante y ella, disfruten el placer de su junción erótica.
Esta última línea §1.4, en la que se menciona un placer erótico más intenso que una embriaguez alcohólica, nos retorna a la interpretación de que se trata de una alusión orgásmica, que retorna a la metáfora similar en el verso §1.2
Shulamit agrega otro aspecto de su premura fisiológica:
1.12 עַד־שֶׁ֤הַמֶּ֨לֶךְ֙ בִּמְסִבֹּ֔ו נִרְדִּ֖י נָתַ֥ן רֵיחֹֽו
estando mi rey (su novio) a mi lado “ad xe-ham meléj bi-msib-bo” עַד־שֶׁ֤הַמֶּ֨לֶךְ֙ בִּמְסִבֹּ֔ו
mi nardo dio su perfume ”nird-í natan rej-ó” ִרְדִּ֖י נָתַ֥ן רֵיחֹֽו
es decir que comenzó a fluir el sumo de su vulva y a esparcir su característico perfume erótico, en su deseo por ser visitada. Y agrega Xulamit otro detalle anatómico con una metáfora vegetal
1.13 צְרֹ֨ור הַמֹּ֤ר׀ דֹּודִי֙ לִ֔י בֵּ֥ין שָׁדַ֖י יָלִֽין
bolsita de mirra es (el) amado (mi tierno) para mí”
“tseror ham-mor dod-i li” צְרֹ֨ור הַמֹּ֤ר׀ דֹּודִי֙ לִ֔י בֵּ֥ין
entre mis pechos por la noche ”ben shada-i ialín” בֵּ֥ין שָׁדַ֖י יָלִֽין
Así Insinúa Xulamit su anhelo nocturno de que su amado bese el seno entre su pechos, lugar en el que su piel conserva aún el recuerdo de la ternura de sus labios.
Pero es – repito – el novio mismo quien menciona a ambos órganos femeninos, insinuando metafóricamente el perfume de la vulva, esta vez en el verso
7.9 אָמַ֨רְתִּי֙ אֶעֱלֶ֣ה בְתָמָ֔ר אֹֽחֲזָ֖ה בְּסַנְסִנָּ֑יו וְיִֽהְיוּ־נָ֤א שָׁדַ֨יִךְ֙ כְּאֶשְׁכְּלֹ֣ות הַגֶּ֔פֶן וְרֵ֥יחַ אַפֵּ֖ךְ כַּתַּפּוּחִֽים׃
tus pechos como racimos de la parra “xadai-ij ke-xcolot hag-gefen” שָׁדַ֨יִךְ֙ כְּאֶשְׁכְּלֹ֣ות הַגֶּ֔פֶן
y el perfume – ¿quizás “el aliento”? – de tu NARIZ como de manzanas,
”ve-reaj apé-j kat-tapujim” וְרֵ֥יחַ אַפֵּ֖ךְ כַּתַּפּוּחִֽים׃
dado que la nariz del rostro no emite perfume, pero sí lo hace el clítoris bajo el jardín de nardos ya mencionado en 1.12. La nariz y la parte inferior de la boca, subyacente a la lengua de la amada, ambas puestas en contextos disfuncionales (olorosa la una, jugosa la otra) crean con su disfuncionalidad asociaciones difusas de extremo valor poético.
Un aspecto esencial del Cantar de los Cantares es que allí aparece la vulva femenina como objeto corporal del culto amoroso, pero no hay en todo el poema signo fálico alguno, razón por la cual el poema carece de efectos pornográficos. En efecto, el culto al falo, típico de la tradición griega posterior o del Decamerón renacentista, es una fantasía puramente masculina – completamente ajena al poema de Salomón – mientras que el centro del Cantar de los Cantares es exclusivamente el placer erótico de la mujer, como el deber elemental y único del novio enamorado, y eso lo hace tan singular en la historia de la literatura amorosa. Xulamit describe en otros pasajes del poema – cuando las muchachas de Jerusalem le preguntan cómo es su amante – con mucho entusiasmo el cuerpo de su novio, sus muslos y su cintura, como objeto de su insaciable deseo erótico, pero sin la menor alusión fálica. No hay en el Cantar de los Cantares ninguna penetración masculina en el cuerpo de Xulamit, que sería – si ocurriera – el elemento pornográfico en el texto. Muy en cambio, ya al final del poema, Xulamit describe poéticamente su propio orgasmo, que es el objetivo y el deber central de la ternura de su novio:
8.6 “Ki-azzá jam-mavét ahavá” =pues poderoso como la muerte es el éxtasis del amor
כִּֽי־עַזָּ֤ה כַמָּ֨וֶת֙ אַהֲבָ֔ה
”kaxá ji-xeól kiná” = inexorable como el Seol [el Reino de los Muertos] el deseo
קָשָׁ֥ה כִשְׁאֹ֖ול קִנְאָ֑ה
”rexape-há sixpé ex” = su brasas (son) brasas de fuego רְשָׁפֶ֕יהָ רִשְׁפֵּ֕י אֵ֖שׁ
”xalevet-iáh” = (que) incontenibles flamean. שַׁלְהֶ֥בֶתְיָֽה׃
Con estas líneas en el capítulo §8.1 el autor del Cantar de los Cantares se confiesa feminista, en el sentido de glorificar el placer femenino así como el derecho genuino de toda mujer a disfrutar de ese obsequio con el que la naturaleza la ha enriquecido, en vez de condenarla, como lo hace la sociedad masculinista, con adjetivos denunciantes como “puta”, “brisca” y similares, usuales en el lenguaje pornográfico masculino.
El autor bíblico legitimiza entonces un derecho adquirido de nacimiento por las mujeres: la capacidad de gozar del orgasmo clitoral. En efecto: en su estudio inicial revolucionario “Die frühkindliche Sexualitaet” [“La sexualidad en la primera infancia”; uso la versión de Fischer Bücherei Nr. 422, Frankfurt am Main, 1964, páginas 61-63 del libro “Drei abhandlungen über Sexualtheorie” (Tres estudios sobre teoría sexual) aparecido originalmente el 1° de mayo de 1905 en el Verlag Franz Deutike en Leipzig y Viena; el mismo año en que aparecieron en la misma ciudad de Leipzig los 5 trabajos revolucionarios de Albert Einstein sobre Fotones – que mereció el Premio Nobel – y sobre teorías de la Relatividad y de la Gravitación de Agujeros Negros en Cosmología. Estos dos grandes pensadores judíos de habla alemana generaron una revolución en la civilización humana, que perdura hasta el día de hoy] Freud dedica allí dos capítulos a la “Masturbación de los niños de pecho”. Allí menciona explícitamente que la erección del clítoris en las niñas de pecho, generado originariamente por un contacto accidental que ocasione placer , “ein Bedürfnis nach Wiederholung erwecke” [despierta una necesidad de repetición]. “Durch die Saeuglingsonanie, die kaum ein Individuum entgeht, das künftige Primat dieser erogenen Zone für die Geschlaechtstaetigkeit festgelegt wird“ [debido a la onanía del niño de pecho, de la que prácticamente ningún individuo se escapa, es fundamentada la futura primacía de esa zona erógena para la futura actividad sexual]. En su trabajo “Über die weibliche Sexualität” de 1931, §III, pág. 9 [http://www.psychanalyse.lu/Freud/FreudWeiblicheSexualitaet.pdf] Freud observa que fue a menudo la madre de la niña quien „generó las más intensas percepciones genitales durante la limpieza corporal. El hecho de que la niña disfrute esas percepciones y que le solicite a la madre intensificarlas con el repetido roce y fricción, me ha sido comunicado a menudo por madres como experiencia con sus hijitas de dos y tres años” [mi traducción, S.K.]
Me concentro en la observación de Freud sobre la necesidad femenina de repetición orgásmica, una vez que esta experiencia se convierte en una costumbre cotidiana. En la misma página Freud agrega que „dado que no podemos negar que atribuimos la excitación sexual a la influencia de ciertas substancias químicas [Frued usa la expresión alemana “Stoff”], nos queda la perspectiva que la bioquímica nos identificará algún día una substancia, cuya presencia genere la excitación sexual masculina por un lado y la femenina por el otro”. En el ínterin sabemos que no solo la excitación sino también el apague de la excitación son ocasionados por hormonas [la expresión fué instaurada en 1906 por Ernest Starling y William Maddock Bayliss, https://de.wikipedia.org/wiki/Hormon]. En efecto, tras un orgasmo el sistema nervioso reduce el desorden, generando durante un lapso de tiempo la hormona melatonina proveniente de la glándula pineal para renormalizar el equilibrio neuronal [según el médico, filósofo y matemático René Descartes ,la glándula pineal es el sitio donde reside el alma humana, es decir el aparato de las emociones, ver https://plato.stanford.edu/entries/pineal-gland/]. Un exceso de melatonina puede generar depresiones, tristeza, angustia, nostalgia [https://www.t-online.de/gesundheit/krankheiten-symptome/id_58897570/hoher-melatoninspiegel-kann-zu-depressionen-fuehren.html],
Sigmund Freud anotó [confieso no recordar la fuente] que comparados con las mujeres los varones carecen de la aptitud repetitiva tras un orgasmo: durante ciertas horas (se) quedan impotentes, a fin de reponer los espermios entregados. Las mujeres, en cambio, gozan del privilegio de repetir su orgasmo sin interrupción casi [digamos, cada 6 minutos, es decir p.ej. 10 veces en una hora]. Si el sistema nervioso central necesita de 1 minuto para reducir con melatonina el desorden orgásmico, al cabo de 10 orgasmos experiemtará 1×10 = 10 minutos de influencia melatónica. Si la glándula pineal ha aprendido a acumular un depósito de reserva de melatonina para 10 minutos y si la mujer es privada súbitamente de su ejercicio orgámisco cotidiano, es comprensible que – si está condenada a la soledad – se sienta enferma, indispuesta, puesto que le falta la caricia repetida del amante. El autor del Shir Haxirím poetiza exactamente esa experiencia nostálgica.
En el verso §2.5 del Shir Haxirím ya citado reencontramos este aspecto, enunciado por la adolescente Xulamit, llena de añoranza por una repetición de sus experiencias orgásmicas:
§2.5 Pues enferma [jolat] de amor (estoy) yo = ki jolát ahavá aní כִּי־חֹולַ֥ת אַהֲבָ֖ה אָֽנִי׃
§2.6 su (mano) izquierda debajo de mi cabeza, su derecha me excite
= semol-o tajat le-rox-i, v-imin-o tejabeké-ni שְׂמֹאלֹו֙ תַּ֣חַת לְרֹאשִׁ֔י וִימִינֹ֖ו תְּחַבְּקֵֽנִי
para continuar con la ya citada súplica, de no interrumpirla en el éxtasis, el ahavá אַהֲבָ֖ה, hasta que éste no se haya acabado de por sí [versos §2.6 y §2.7, presentados ya líneas arriba]
§2.7 הִשְׁבַּ֨עְתִּי אֶתְכֶ֜ם בְּנֹ֤ות יְרוּשָׁלִַ֨ם֙ בִּצְבָאֹ֔ות אֹ֖ו בְּאַיְלֹ֣ות הַשָּׂדֶ֑ה אִם־תָּעִ֧ירוּ׀ וְֽאִם־תְּעֹֽורְר֛וּ אֶת־הָאַהֲבָ֖ה עַ֥ד שֶׁתֶּחְפָּֽץ׃
Os suplico „Hixbati etjem“ הִשְׁבַּ֨עְתִּי אֶתְכֶ֜ם ,
hijas de Jerusalem „benot Ierixalaím“ בְּנֹ֤ות יְרוּשָׁלִַ֨ם֙ , [por los corzos y por las ciervas del campo]
no irrumpáis, no molestéis „Imtairú veim-teroreru““ ֽ אִם־תָּעִ֧ירוּ וְֽאִם־תְּעֹֽורְר֛וּ ּ
el orgasmo „et-hahavá“ אֶת־הָאַהֲבָ֖ה
hasta que no acabe de por sí „ad xet-tejpats“ עַ֥ד שֶׁתֶּחְפָּֽץ .
Me permito cometer aquí un atrevimiento, para el que me falta la autoridad académica, puesto que no soy ni neurólogo ni endocrinólogo de profesión. He vuelto a citar los versos §2.5, §2.6 y §2.7 del Cantar de los Cantares a fin de transmutar el área de discusión literaria del texto, para sustituir la terminología con conceptos hormonales. Entonces leería esos tres versos como sigue:
Estoy deprimida por mi sobrecarga/mi exceso de melatonina, de modo que necesito de la caricia de mi amado para abrir la válvula de mi endorfina a fin de inflamar la fogata de mi tensión encefalítica, para que ésta sea apagada, consumiendo así mi exceso de melatonina.
Con estas líneas el texto bíblico no solo legitimiza y ensalza la nostalgia femenina por la repetición del orgasmo manual, sino que lo transforma en un motivo poético, muy al contrario de la tradición en las más diversas religiones – en nuestro medio ambiente, la católica, y en Israel ciertos grupos ultraortodoxos – de diabolizarla.
Quiero volver por lo tanto al contraste entre el coito fálico y la caricia manual como dos variantes en el intercurso erótico de varón y mujer, tal como lo encontramos en la literatura bíblica. El gran pensador judeo-catalán Moxé ben Nahman מֹשֶׁה בֶּן־נָחְמָן 1194–1270), llamado también Nachmanides o con el acrónimo Ramban, רמב״ן, en catalán Bonastruc ça Porta, médico de profesión y Rabino mayor de Cataluña, escribió en una famosa respuesta a su hijo, sobre su pregunta de cómo introducir a su novia al amor en la noche de la boda, una maravillosa explicación de la sexualidad femenina. El texto original catalán se ha perdido, pero se ha conservado en una versión hebrea. [Uso un comentario de la teóloga judía contemporánea Dra. Pnina Navé Levinson en su libro „Einblicke in das Judentum“ (Ojeadas dentro del judaísmo), aparecido en la editorial católica alemana Bonifatius Verlag, Paderborn, 1991. El texto adjunto lo extraje de mi trabajo “Refutación de la Refutación en la literatura lulística: La cábala judía es un auténtico producto de la cultura renacentista catalana”en su versión del 20.04.2021]:
„El sentido del acto (sexual) consiste de acuerdo con la opinión rabínica en obsequiar y recibir placer y satisfacción. Éticos judíos exponen empero al mismo tiempo, que lo decisivo es la motivación espiritual. Najmanides (siglo XIII) enfatiza, a diferencia de Maimónides (siglo XII), quien era más bien ascético «Tienes que saber que el acto sexual es sagrado y puro, si es llevado a cabo en forma correcta, en el instante correcto y con la intención correcta. Nadie debe afirmar que es vil u obsceno. Dios guarde! Puesto que el acto sexual implica conocer
(1 Moisés 4,1: [cito aquí la Biblia, como explicación “Y el hombre (Adam) conoció a Eva, su mujer; ella concibió y parió a Caín y dijo «Adquirí (Caniti) varón de Dios. Y volvió a parir a su hermano, a Hébel», texto que encontré en „Los cinco libros de Moisés con texto hebreo, revisado por el sabio Meir Halevi Leteris, traducción española de la verdad hebrea por excelentes sabios ordenada por Abraham Usque, con aprobación y licencia del insigne y eminente Sr. Jajam Selomo Aylión, Amsterdam 1726“, reproducción Buenos Aires, 1945/46, Editorial Estrella].
y eso [conocer] no es por arbitrio … no se le llamaría así si no estuviera ungido de una enorme santidad … Nosotros, que tenemos la Torah y que creemos que Dios ha creado todo con su sabiduría, somos de la opinión que no ha creado nada vil ni obsceno. Si dijéramos que hacer el amor es vil, [en la tradición católica: una mácula, para glorificar la “inmaculada concepción de María”] entonces eso sería una injuria de Dios, puesto que Él creó los órganos sexuales … Todos los órganos del cuerpo son neutrales. La forma en que los utilicemos determina si son sagrados o sacrílegos … Por lo tanto hacer el amor en el matrimonio es bajo las condiciones correctas un acto sagrado» (cotejado por la autora en David Feldmann: „Marital Relations, Birth Control and Abortion in Jewish Law“, New York University (1968), Schocken Publishers, New York, 1974] El hecho de que suavidad y ternura sean imprescindibles lo explica el (citado) médico, pensador, comentarista de la Biblia y maestro judeoespañol del Talmud en Igéret ha-Kodesh, (Mensaje de lo Sagrado) un libro ampliamente diseminado para jóvenes maridos y para aquellos que quieren serlo, que está siendo impreso hasta nuestros días como libro de bolsillo. Allí leemos : «Dile primero palabras que tranquilicen y alegren su corazón y su mente. De ese modo tu pensamiento y tu intención concordarán con los de ella. Háblale palabras que generen en ella pasión, unidad, amor, deseo y placer, que produzcan respeto hacia Dios, religiosidad y castidad … espera con tu apasionamiento hasta que ella esté dispuesta. Comienza cariñosamente. Deja que ella experimente previamente su orgasmo .[Najmani usa la expresión: “hasta que ella eyacule”].. No debes obligarla jamás, porque en un acto sexual de ese tipo la presencia de Dios no tendrá lugar. (Si) Tu intención es diferente de la de ella. (Si) Su estado de ánimo no es como el tuyo. No te riñas con ella ni la castigues para efectuar el acto sexual. Nuestros sabios nos enseñaron: Un varón no tierno es como el león desvergonzado que patalea y devora, castiga y doblega sin avergonzarse (Talmud Babilónico, Pesajim, 49b)»“
Debo agregar que Najmani es muy conocido en la cultura occidental por haber sido el principal protagonista de la famosa Disputación de Barcelona del 20 al 24 de julio de 1263, una provocación política escenificada por el General Dominicano SAN [¿] Raymundo de Peñaforte, un inescrupuloso intrigante y antisemita encarnizado, ansioso de cometer un genocidio contra la religión y cultura judías en el Reino de Aragón, reino al que pertenecía Cataluña. Najmani fue uno de los maestros creadores de la Cábala Catalana, y la transmitió a Palestina, cuando el fanático Peñaforte, lleno de odio, lo hizo expulsar de su patria como escarmiento, a los 86 años de edad, Desde allí la Cábala de Najmani se expandió posteriormente a la Italia renacentista, donde fue asimilada por personalidades cristianas como Pico de la Mirandola. [https://www.jewishencyclopedia.com/articles/11129-moses-ben-nahman-gerondi]
Conclusión de los textos bíblicos: Ni la sexualidad femenina, ni el acto sexual entre varón y mujer son funciones despreciables, ni son mácula alguna, sino un derecho intangible de los amantes, tal como aparecen en el Cantar de los Cantares y en el escrito de Moisés ben Najmán. Menos aun es la voluptuosidad femenina una lagartija que se inmiscuye en la vida de la mujer para incitarla al pecado, sino una parte innata y legítima de su personalidad y de su derecho a ser feliz junto a la persona amada. Reitero mi hipótesis de que debe haber habido en la corte del Rey Salomón en Jerusalém diferentes mujeres sumamente cultas, poetizas también, que podrían haber enriquecido el “Xir HaXirím” con su propio aporte literario, incluyendo la erradicación estricta de cualquier elemento machista y pornográfico en ese poema. En la propia Biblia Hebrea leemos en el “1er Libro de los Reyes”, en el capítulo 10, el siguiente relato sobre la visita de la Reina de Saba a la corte del rey de Judea [https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Nacar-colunga/1reyes-10]:
“1. Llegó a la reina de Saba la fama que para gloria de Yahvé tenía Salomón, y vino [de visita desde Yemen] para probarle [ponerlo a prueba] con enigmas. 2. Llegó a Jerusalén con muy numeroso séquito y con camellos cargados de aromas, de oro en gran cantidad y de piedras preciosas. Vino a Salomón y le propuso [le hizo preguntas examinatorias] cuanto quiso proponerle; 3. y a todas sus preguntas respondió Salomón, sin que hubiera nada que el rey no pudiera explicarle. 4. La reina de Saba, al ver la sabiduría de Salomón, la casa que había edificado, 5. los manjares de su mesa y las habitaciones de sus servidores, sus cometidos y los vestidos que vestían, los de los coperos [servidores de bebidas], y los holocaustos que se ofrecían en la casa de Yahvé, fuera de sí, 6. Dijo al rey: «Verdad es cuanto en mi tierra me dijeron de tus cosas y de tu sabiduría. 7. Yo no lo creía antes de venir y [hasta] haberlo visto con mis propios ojos. Pero cuanto me dijeron no es ni la mitad. Tienes más sabiduría y prosperidad que la fama que a mí me había llegado. 8. Dichosas tus gentes, dichosos tus servidores, que están siempre ante ti y oyen tu sabiduría. 9. Bendito Yahvé, tu Dios, que te ha hecho la gracia de ponerte sobre el trono de Israel. Por el amor que Yahvé tiene siempre a Israel, te ha hecho su rey para que hagas derecho y justicia.» 10. Dio al rey ciento veinte talentos de oro, una gran cantidad de aromas y de piedras preciosas. No se vieron nunca después tantos aromas como los que la reina de Saba dio al rey Salomón.
13. El rey Salomón dio a la reina de Saba todo cuanto ella deseó y le pidió, haciéndole, además, presentes dignos de un rey como Salomón. Después se volvió ella a su tierra con sus servidores.”
Debo agregar que hubo evidentemente un romance de amor entre ambos reyes y que la Reina de Saba quedó embarazada, dando a luz un hijo de Salomón. A eso se refirió toda su vida el difunto Emperador de Abisinia Haile Selassie [1930–1936 y 1941–1974, ver https://de.wikipedia.org/wiki/Haile_Selassie] quien declaraba descender por vía de su madre, la Princesa Yeshimebet Ali Gonshor, directamente de la Reina de Saba y ser por lo tanto descendiente directo, tras 225 generaciones, del Rey Salomón, a lo que aludía su título oficial “León de Judea”.
En el propio “Xir HaXirim” leemos en el capitulo 6, Versículo §8, refiriéndose a las mujeres en la corte salomónica. “Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, y las doncellas son sin número”. [https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Nacar-colunga/cantares-6],.
שִׁשִּׁ֥ים הֵ֨מָּה֙ מְּלָכֹ֔ות וּשְׁמֹנִ֖ים פִּֽילַגְשִׁ֑ים וַעֲלָמֹ֖ות אֵ֥ין מִסְפָּֽר׃
sesenta = xix-xím שִׁשִּׁ֥ים ellas = hém-mah הֵ֨מָּה֙ (son) reinas= melajót מְּלָכֹ֔ות
ochenta u-xmoním וּשְׁמֹנִ֖ים concubinas = pilagxím פִּֽי לַגְשִׁ֑ים
y doncellas = va-alamót וַעֲלָמֹ֖ות sin = en אֵ֥ין número = mispár מִסְפָּֽר
Esas 60 reinas eran hijas de reyes de diferentes países, con los que el Rey Salomon mantenía relaciones tan amistosas, que éstos le obsequiaban sus hijas más talentosas y hermosas para contraer enlace. De ese modo dichos soberanos podían jactarse de ser suegros del Rey de Judea, a la espera de que sus respectivas hijas les generen descendientes con derecho de aspirantes a asumir el poder en Judea, sucediendo algun día a su famoso padre en el trono de Jerusalém. Esas 60 reinas residían todas en Jerusalém, acompañadas cada una de su respectivo séquito traído consigo desde su patria, inclusive sus literatos, poetas y cantantes. Eso transformaba a la corte de Jerusalém en un crisol que amalgamaba a lo mejor de todas las culturas de los países de la región. No cabe duda de que Jerusalém era por lo tanto bajo el Rey Salomón una ciudad con un altísimo nivel cultural, en la que lo más distinguido de las mujeres cultas de la época aportaban su contribución literaria y cultural. Cual de ellas podría haber contribuído a depurar el “Xir HaXirím” de groserías es imposible de reconstruír, pero está claro que en cada uno de sus respectivos países existía una tradición de canciones y poemas nupciales que puedan haber entrado como fragmentos, ensmblados genialmente en el poema de Salomón.
Recordemos – para ilustrarlo – que en la pequeña corte virreinal del México colonial surgió una maravillosa poetiza, que enriqueció la lengua castellana con sus composiciones literarias. Ya habíamos mencionado a la monja jerónima mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) en su época monacal. [https://es.wikipedia.org/wiki/Sor_Juana_In%C3%A9s_de_la_Cruz] Los autores de Wikipedia relatan: “Entre 1664 y 1665, [Juana Inés] ingresó a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera. La virreina, Leonor de Carreto, se convirtió en una de sus más importantes mecenas. El ambiente y la protección de los virreyes marcarán decisivamente la producción literaria de Juana Inés. Por entonces ya eran conocidas su inteligencia y su sagacidad, pues se cuenta que, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y la joven superó el examen en excelentes condiciones. La corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato. Solían celebrarse fastuosas tertulias a las que acudían teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y todo tipo de humanistas, en su mayoría egresados o profesores de la Real y Pontificia Universidad de México. Allí, como dama de compañía de la virreina, la adolescente Juana desarrolló su intelecto y sus capacidades literarias”.
Si en esa corte tan reducida pudo surgir una mujer genial como Juana Inés de la Cruz, cuantas más mujeres inteligentes y cultas pueden haber existido en la corte del Rey Salomón en Jerusalém, dada la concentración de sesenta de hijas de reyes de otros paises, altamente educadas, que traían consigo la cultura, la lengua, la poesía, las canciones y hasta la religión de sus hogares patrios. Recordemos las tertulias relatadas en la corte de Jerusalém por la Reina de Saba y encontraremos una atmósfera similar en la corte de Ciudad de México.
Algo parecido le ocurrió al niño pianista Ludwig an Beethoven, de entonces 10 años, en la corte del Príncipe Elector de Bonn, el arzobispo Maximilian Friedrich, conde de Königsegg-Rothenfels y de su sucesor, el arzobispo Maximilian Franz, Archiduque de Austria, príncipe de Habsburg, hijo del Emperador Franz I Stephan y de la Emperadora María Theresia de Habsburg y hermano, además, de los dos sucesoresde su padre, Emperador Joseph II primero y Emperador Leopold II luego. Mozart compuso en honor de Maximilan Franz la opera “Il re pastore”. Este archiduque y arzobispo era hermano de la Reina de Francia, Marie Antoinette, ejecutada durante la Revolución Francesa. [https://de.wikipedia.org/wiki/Maximilian_Franz_von_%C3%96sterreich] Él fué el primer mecenas que financió la carrera del joven Beethoven, empleándolo como Organista del Arzobispo y le financió posteriormente sus cursos de composición por parte del músico Joseph Haydn. [https://www.buergerfuerbeethoven.de/start/In-Bonn-Beethoven-Rundgang/Beethoven-in-Bonn/index.html]
El gran poeta clásico alemán Johann Wolfgang von Goethe, embelesado por el “Xir HaXirím”, lo tradujo al alemán comentado – para mi corroboración ex post – “He traducido el Cantar de los Cantares, el que es la más espléndida colección de canciones de amor que Dios ha creado” [“Das Lied er Lieder השירם שיר übetragen von Leopold Marx, Philpip Reclam Jun. Stuttgart, 1964, pág. 3, en el Prólogo de Alrecht Goes].Es sabido que Goethe publicó como propios algunos poemas de amor que le escribió Marianne von Willemer (1784-1860), la esposa del banquero Johann Jakob von Willemer, porque esa amante suya no debía aparecer como autora, un buen ejemplo de autoras anonimizadas en una obra poética ajena. [Goethe: Sämtliche Werke. Münchner Ausgabe, Bd. 11.1.2, S. 87f. mit Erläuterungen S. 639-641. Citada en http://www.goethezeitportal.de/wissen/illustrationen/johann-wolfgang-von-goethe/goethes-freundinnen-in-12-historischen-bildnissen.html]. El traductor Leopold Marx cita al Dr. Johann Gottfried Wetzstein (1815-1905), teólogo protestante alemán doctorado en lenguas semíticas, quien durante su estadía en Damasco como Cónsul de Prusia estudió las fiestas nupciales en la aldeas árabes del Líbano y de Jordania, comparando en un ensayo publicado en 1873 en la revista científica “Zeitschrift für Ethnolgie” [https://opacplus.bsb-muenchen.de/Vta2/bsb11037735/bsb:3043853?page=6] las canciones nupciales de esas aldeas con el “Xir HaXirím”, lo que lo alentó a clasificar el “Xir HaXirím” como un texto de una canción, típica de la poesía nupcial del Oriente. El traductor menciona también al escritor cristiano Orígenes de Alejandría. [año 185 a 253, ver https://de.wikipedia.org/wiki/Origenes], quien en un comentario del “Xir HaXirím” lo considera un epitalamio, escrito para una de las tantas bodas contraídas por el Rey Salomón. Había entonces candidatas de sobra en Jerusalém, capaces de contribuír anónimamente al genial texto del poema, del que Rabi Akiva juzgaba: Todo el universo desde su creación hasta ahora no supera al día en que Israel obtuvo el Xir HaXirim”