La creciente impureza étnica de Israel Daniel Kupervaser. Analista israelí. (Desde Tel Aviv)*

“Nos sucedió algo maravilloso: 20,000 judíos inmigraron al Estado de Israel durante este año pandémico”, proclamó muy orgulloso el presidente de la Agencia Judía para Israel, Isaac Herzog (“Alrededor de 20 mil judíos hicieron Aliá a Israel en 2020: Agencia Judía”, Enlace Judío, 28-12-2020). Proclama muy apropiada para el pueblo judío, tan habituado a dejarse llevar por consignas patriotas de sus líderes, no importa si son veraces o se trata de un ardid para esconder una realidad incómoda.

El pueblo judío y la sociedad israelí se caracterizan por convivir con muchas contradicciones: religiosos contra laicos, izquierda y derecha, capitalistas y socialistas, conservadores y progresistas, y la mas reciente, Si Bibi o No Bibi. Sin embargo, hay una temática que esta por encima de las discusiones: la permanencia de una mayoría judía en Israel, por ser el estado exclusivo de los judíos, para unos, o para otros, con el objetivo de permanecer como refugio de los judíos. De ahí el orgullo de Herzog.

Palestina de Jerusalén Oriental con ciudadanía israelí

Así continúa el informe: “El año 2020 no fue la excepción. Todo lo contrario, fue parte de la tendencia de los últimos años. Parte de un proceso que corrompe el carácter judío de Israel. En el año 2016 la proporción de judíos en el balance anual de migraciones fue del 63%, en 2017 el 52%, el año pasado el 40% y este año el 33%. En el año 2019 la población de Israel creció un 1,6%. La población árabe israelí un 2,2%, y el grupo «otros», los no judíos que no son árabes, creció un 5,7%. Es importante señalar que junto al grupo denominado «otros», que hoy cuenta con 465 mil componentes, conviven en Israel otros 200 mil emigrantes no judíos, la mitad trabajadores extranjeros legales, y la otra mitad, migrantes ilegales. Es decir, hay en Israel 700 mil residentes no judíos que no son árabes, lo que representa un 8% de la población”.

Como insólita conclusión Libskind sugiere: “Si los esfuerzos por alentar la Alia (migración de judíos a Israel) al final trae migrantes en su mayoría no judíos, tal vez valga la pena frenar y preguntarnos si tiene sentido continuar alentando la alia”.

Es muy comprensible la preocupación de Libskind, pero una mirada seria al problema de la mayoría judía en Israel necesariamente llega a la conclusión que el autor esta mirando solo la punta de un iceberg que debajo de la línea de flotación esconde lo grave de la situación: la formalización de Israel como estado binacional donde la proporción de judíos no sobrepasará el 50%.

Lo mas insólito de la situación es que los progresos hacia este funesto futuro son el resultado de las políticas del gobierno de derecha liderado por Netanyahu. La constante ampliación de la colonización judía en Cisjordania es la que conduce justamente a este gobierno, tan reacio a beneficiar a palestinos, a crear condiciones que promueven y aceleran la formalización del estado binacional.

Mas allá de las evaluaciones de analistas de la creciente tendencia palestina de buscar la solución por medio de su integración a Israel, el último tiempo fuimos testigos de dos informes que ratifican esta tendencia.

El primero, de principios del año pasado, da cuenta de la avalancha que se viene en el otorgamiento de ciudadanía israelí a palestinos de Jerusalén Oriental. Ya en el pasado 2019 se registró un récord histórico desde 1967 de 1,200 palestinos, nuevos ciudadanos de Israel (“1,200 palestinos de Jerusalén Oriental recibieron ciudadanía israelí durante 2019, récord desde 1967”, Haaretz, 13-1-2020).

En el segundo, a fines de 2020, se recalcó que el Ministerio de Interior puso en funcionamiento un nuevo procedimiento que aceleraría la tramitación de pedidos de ciudadanía de la población palestina residente en Jerusalén Oriental. Se estima que el número de beneficiados arribaría a 20 mil (“El Ministerio de interior publicó un procedimiento que beneficiaría a palestinos de Jerusalén Oriental”, Haaretz, 25-11-2020).

Lo que en su tiempo estimaron destacados demógrafos de lo que se denomina “fantasma demográfico”, con la pérdida futura de mayoría judía en Israel, y que muchos los menospreciaron, hoy ya se palpa como una realidad próxima.

Ojalá me equivoque


Daniel Kupervaser. Herzlya – Israel 12-1-2021