
La experiencia nos demuestra que, ante casos de relaciones, vínculos o pactos entre personas, grupos sociales y/o estados, que nacen de constelaciones extrañas, poco racionales, por no decir contradictorias, en su gran mayoría les depara un aciago y hasta trágico final.
Este es el devenir seguro del futuro de las insólitas relaciones que se profundizaron los últimos años entre grupos evangelistas de Estados Unidos y sectores de Israel allegados al gobierno de Netanyahu. Todo va a explotar. El interrogante solo es cuándo.
Maya Zinshtein, la joven cineasta israelí, nos ofrece en estos días un excelente trabajo para demostrar con sus palabras que, esta insólita e íntima relación muy probablemente finalice como un elefante entrando a un negocio de cristalería (Ynet, 27-10-2020). Su documental presentado recientemente, “Hasta el final del mundo” (“Til Kingdom Come” en inglés) expone esa realidad y sus perspectivas con toda crudeza y profundidad, aspecto que los responsables de ambas partes de esta maquinación generalmente evitan referirse.
Una insólita coincidencia histórica de tácticas de corto plazo, excluyendo intencionalmente profundas contradicciones a largo plazo, se convirtió en el caldo de cultivo más apropiado para entrelazar esfuerzos entre grupos evangelistas estadounidenses y sectores que promueven la anexión de territorios a Israel, tan cercanos al gobierno de Netanyahu.
En el marco de su visión de la redención, los evangelistas apoyan entusiastamente el estado de Israel con Jerusalén unificada como su capital, como así también, el control israelí absoluto de Cisjordania, y ven a los musulmanes como infieles que se los debe vencer y desterrar. El arribo de Trump a la presidencia de USA, con apoyo masivo de sectores evangelistas, se convirtió en un catalizador que estrechó las relaciones entre Israel y estos grupos religiosos-políticos que conjuntamente presionaron a la Casa Blanca para la toma de medidas en favor de Israel.
Israel no solo se beneficia de políticas favorables de Washington como resultado de la influencia evangelista. Estos grupos disponen de una infraestructura muy aceitada que obliga a sus miembros, no importa su situación económica (mayormente de significativos niveles de pobreza), a donar importantes sumas de dinero destinadas a ayudar proyectos judíos en Israel.
Toda esta imagen de un afecto puro y aparentemente desinteresado por parte de los evangelistas estadounidenses no es mas que una cortina de humo de un proyecto funesto. Su amor por los judíos e Israel no es magnánimo. “Con posterioridad al control absoluto de Tierra Santa por parte de los judíos, incluyendo inclusive la construcción de un bello tercer templo sobre el Monte del Templo, se arribaría a la siguiente etapa, la guerra de Gog y Magog y la reaparición de Jesús” afirma Shani Litman en su comentario del documental (Haaretz, 7-9-2020). Según esta visión apocalíptica de los evangelistas, en esta conflagración morirá dos tercios del pueblo judío, mientras que el resto será obligado a reconocer a Jesús y convertirse al cristianismo. El fin del pueblo judío.
El film de Zinshtein justamente pone el acento en esta maquinaria evangelista y la posición de representantes de Israel que no están dispuestos de ninguna manera a reconocer que, en ojos de los grupos evangelistas, todas las guerras de Israel están destinadas a promover la redención evangelista. En una parte de la película, William Bingham, pastor evangelista muy renombrado en USA, se dirige directamente a Maya Zinshtein y le propone convertirse ahora al cristianismo para de esa manera salvarse del trágico destino de los judíos. Sin ningún tapujo, este pastor cataloga como “idiotas ciegos” aquellos judíos que no se conviertan a tiempo.
Otro detalle importante de señalar es la indiferencia de representantes de Israel que no tienen problema en colaborar y trabajar conjuntamente con grupos con definida visión racista. En el documental se expone el trabajo de adoctrinamiento de niños estadounidenses con un pastor evangelista que les inculca repetidamente que “los judíos son mejores que nosotros”.

No vale la pena entrar en una discusión teológica sobre la veracidad de la visión evangelista. Mucho mas importante para Israel y los judíos es comprender las graves consecuencias para su imagen en el mundo, aspecto que tanto les preocupa, tanto si se materializa o no la perspectiva evangelista.
Si la narrativa evangelista resulta finalmente ser una inventiva de unos astutos para dominar un público dócil, la imagen que proyectará Israel al mundo en su relación con los evangelistas no será mas que la de un aprovechamiento cínico convirtiendo una gran parte de la sociedad estadounidense en sus idiotas útiles. Se trata de una situación muy similar a la conducta de magnates judíos que donan cifras millonarias a campañas electorales de candidatos estadounidenses con la consecuente obtención de beneficios en forma de políticas favorables a Israel.
Si, por el contrario y supuestamente, la proyección evangelista se materializa, el tiempo juzgará severamente a sus cómplices judíos de hoy por su imbecilidad de ingenuos.
Esa son las dos opciones para el futuro que Netanyahu y sus partidarios prometen al pueblo judío en su relación con grupos evangelistas estadounidenses.
Ojalá me equivoque
*Daniel Kupervaser. Herzlya – Israel 1-11-2020
http://daniel.kupervaser.com/