Rogel Alpher: ‘Netanyahu disparó el primer tiro en la guerra civil en Israel” Rogel Alpher. Periodista y escritor israelí. (HAARETZ. Traducción del hebreo Daniel Kupervaser)

EN UNA SIMPLE PIZARRA, NETANYAHU BORRA EL VOTO DEL 20% DE LA CIUDADANĺA ISRAELĺ SOLO POR SER ÁRABE

Tal como lo describió esta columna durante la última semana, Netanyahu no tiene la mínima intención de transferir el poder a otro. Todo intento a obligarlo por vía democrática en ese sentido (elecciones, dictado de leyes o decisiones de la Corte Suprema de Justicia) será catalogado inmediatamente como no democrático y deberá enfrentarse con oposición física.

Las alarmas suenan de todas direcciones, pero el público y los medios de difusión se empecinan en este momento en enfocarse en desorientaciones. Es mucho más fácil digerir y facilitan el desvío de la atención del verdadero horror, el comienzo de una guerra civil.

Aparentemente, lo mas terrible de las expresiones de Netanyahu en esta semana, que comenzó el día de las elecciones con el festejo ilusorio de un triunfo, fue su declaración que los 15 mandatos de la Lista Árabe Unida no son parte del resultado de las elecciones. No hay duda que se trata de una expresión terrible. Yo voté por la Lista Árabe Unida, y vi en la televisión que el primer ministro de Israel declara en vivo que mi voto no es parte de los resultados de la elección. Como dijo Berni Sanders: “es un racista reaccionario”.

Pero Netanyahu avanzó mucho más. Por encima del racismo y del reaccionarismo, llegó hasta sujetar el poder por la fuerza, en contra de las intenciones del parlamento elegido. Netanyahu no solo arribo a territorios del apartheid contra ciudadanos árabes israelíes, sino a un sistema totalitario. En el momento en que todos están enfocados en la anulación de los votos de la Lista Árabe Unificada, Netanyahu disparó el primer tiro en la guerra civil de Israel.

“Gantz trata de robar las elecciones” catalogó Netanyahu la iniciativa de dictar una ley legitima que impida la elección de un primer ministro enjuiciado por delitos penales graves. Posteriormente expuso su respuesta: “mis camaradas y yo, y millones de ciudadanos que nos eligieron, no lo permitiremos”. ¡Qué gran diferencia entre el principio y final de su exposición!

El principio de su exposición fue muy banal. Su intención fue señalar que el y sus camaradas, es decir los políticos elegidos a la Knesset, no permitieran que eso se lleve a cabo. Pero ¿Cuánto vale esa oposición desde el momento que son minoría? Es totalmente hueca. No fue así su mensaje posterior, según el cual millones de ciudadanos bajo su liderazgo manifestarán su oposición a que eso ocurra. ¿Cómo lograran que eso no ocurra? Netanyahu no se refiere a una nueva votación en las urnas. No es la primera vez que Netanyahu amenaza con oposición ciudadana de millones de sus adeptos a decisiones legales del poder legislativo o del poder judicial. En el pasado lo hizo en su nombre David Amsalem (parlamentario del Likud, DK), que prometió que millones saldrían a las calles para anular su enjuiciamiento. En esa dirección obra el activismo de Netanyahu: en vez de transferir el poder, el se propone cambiar su estructura con la intervención de millones de ciudadanos. El objetivo esta a la vista. Aprendan a leer.