
PARA LEER Y REFLEXIONAR. PARA LOS QUE NO RECUERDAN
LO QUE FUE ISRAEL EN LA GUERRA DE BUSH CONTRA IRAK EN 1991
La ridiculez más grande de la semana (segunda de junio) se registró en las más altas esferas oficiales cuando informaron a los periodistas que Israel queda fuera del foco de la escalada en la confrontación entre EE.UU e Irán. Para la gran mayoría del mundo, Israel es el foco mismo. Israel instigó a Trump a abandonar el acuerdo de limitación de actividades atómicas con Irán, decisión que llevó a Washington y Teherán a ingresar en el camino de la confrontación inevitable. Inclusive ahora, Netanyahu y sus ministros tienen que hacer muchos esfuerzos para esconder su avidez de ver a Irán de rodillas, tanto por la amenaza de guerra, como de su materialización.
Yakov Amidror (general retirado del ejército de Israel y ex Asesor Nacional de Seguridad), que no necesariamente obedece a las órdenes de silencio de Netanyahu a sus ministros, propone un ataque preventivo del ejército estadounidense a los puntos estratégicos iraníes. “En dos horas se termina” se comprometió el general retirado en una entrevista radial la semana pasada. Pese a que las profecías de “un golpazo y se terminó todo” se comprueban como falsas, es probable que la evaluación de Amidror, que tiene muchos discípulos, podría ser algo extraordinario, solo bajo una condición: que tienen en sus manos la garantía total y terminante que EE-UU no provocaría a Teherán a disparar su arma del día del juicio final – miles de misiles de Hesbollah sobre Israel, la fuente del mal universal.
LA AMENAZA DE HESBOLLAH: 100,000 MISILES
Netanyahu y sus compinches no se ocupan repetidamente de la amenaza de represalias de Hesbollah como subproducto del conflicto estadounidense por el poder nuclear de Irán. Tendrán sus razones. Pero la falta de debate público en el tema es muy misteriosa. Tanto por suponer que la amenaza no se concretará, o por basarse en evaluaciones de expertos que Hesbollah no se atreverá en hacer peligrar su posicionamiento o simplemente su existencia, o es una consecuencia de una sensación de seguridad absoluta en el poder de disuasión de Israel, o una confianza ciega en la habilidad de liderazgo de Netanyahu, en todas se trata de una negación colectiva ante un claro peligro estratégico, que ahora se convierte día a día en inmediato. Una vez se lo denominó concepción (hace referencia al colosal desacierto estratégico antes de la guerra de Yom Kipur).