
En la desesperada búsqueda de apoyo internacional, la diplomacia del Estado de Israel no escatima esfuerzos en contactarse y movilizar para su lado a conocidos líderes nefastos y de reputación muy discutida. Filipinas, Hungría, Polonia, Birmania y Sudán en el catálogo de nefastas alianzas…
Así es como Netanyahu dejó al principal sustento a la visión estratégica regional israelí en manos del presidente de la primera potencia del mundo, un extravagante personaje con amplio apoyo de sectores de reconocida trayectoria neo nazi y un oscuro currículo de misoginia, xenofobia, racismo y salidas con prostitutas[1]. A las denominadas decisiones anti israelíes de la Unión Europea, Netanyahu trata de sabotearlas con la ayuda de las “nuevas democracias totalitarias” de centro Europa (Hungría, Polonia, República Checa) donde el poder autoritario se esconde detrás de un decorado democrático haciendo trizas todos los andamios que garantizan derechos humanos universales. En operaciones con armamento, Israel no deja de encontrar “dudosos” amigos embarcados en campañas con serias sospechas de crímenes de guerra y genocidio hacia población civil, como es el caso de Birmania y Sudan del Sur.
La próxima semana esta programada la visita de otro distinguido personaje también de problemática reputación: Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas. Sin entrar a considerar su foja de servicios con groseras manchas negras en su conducta moral (entre otras, admitió públicamente ser parte de grupos oficiales de exterminio contra delincuentes comunes) en sus antecedentes se registró una estridente declaración donde se comparó personalmente con Hitler, y lo que es peor, como consecuencia, las víctimas judías de la Shoa se compararían, en boca de este presidente, a drogadictos dignos de ser masacrados.
En una entrevista televisada, Duterte afirmó que “Hitler masacró a 3 millones de judíos (No es un error, se equivocó en el número. DK). Ahora hay en Filipinas 3 millones de drogadictos. Estaría feliz en masacrarlos. Si Alemania tenia a Hitler, Filipinas me tendrá a mí”[2].
Ver video de Duterte traducido al español https://www.youtube.com/watch?v=DibF8x1bCu4
Llamativamente, la reacción israelí fue muy suave en términos diplomáticos. El vocero de la Cancillería Israelí la consideró “infortunada” y que “Israel está convencida que el presidente de Filipinas encontrará el camino para explicar sus palabras”[3]. Efectivamente, al otro día Duterte limpió su conciencia afirmando que “Jamás hubo la intención de denigrar la memoria de los seis millones de judíos asesinados por los alemanes”[4]. Probablemente el entredicho se arregló con el pago secreto de 80 mil dólares u otra suma al mejor estilo del que se habló en argentina para reparar injurias de ese tipo a la comunidad judía. De todas maneras, con ese balbuceo de la boca para afuera tras su dramática declaración, la próxima semana Duterte será recibido en Israel con su pasado limpio y con todos los honores. El hecho que continúe detrás de su intención de masacrar a 3 millones de drogadictos no representa ningún problema para el judaísmo de Netanyahu. A tal punto que no solo se lo enmarca en el protocolo oficial, sino que le permiten profanar la memoria de la Shoa con su visita programada a Yad Vashem, el símbolo máximo de los judíos en memoria de la Shoa, y, paradójicamente, participar en la inauguración de un monumento en memoria de la salvación de judíos en la Shoa.
Esta conducta que guía a Netanyahu en su relación con otros países y sus lideres nos indica claramente que se relaciona con los valores básicos del judaísmo como con un as escondido en la manga cuyo uso o desuso depende de sus intereses y conveniencias.
Cuando necesita hacerse de dinero para el estado, o busca por cualquier camino ampliar la base de apoyo de otros países en foros internacionales, con mucha habilidad esconde el brazo detrás de su espalda. Tal es el caso presente, como también su arrodillamiento delante del Primer Ministro polaco para admitir su narrativa de la Shoa que prácticamente libera de toda responsabilidad a los polacos, y, de permitir comercio de armas y flirteo de oficiales israelíes con un acusado de provocar un genocidio en el caso del jefe del Estado Mayor del Ejército de Birmania.
Por el contrario, cuando se avecinan elecciones generales en Israel, Netanyahu desenfunda el as del judaísmo en forma de consignas proselitistas para enardecer las muchedumbres judías, tal como testimonia el mensaje filmado y difundido en su Facebook el día de las ultimas elecciones con la mentira de los ómnibus repletos de árabes que la izquierda lleva a las urnas.
Con Netanyahu a la cabeza, Israel será uno de los países mas fuertes del mundo, con mucho dinero en manos de unos pocos magnates, con millones de personas bajo soberanía israelí de jure y de facto sin derechos civiles básicos, con amigos despreciados por la mayoría del mundo y con un judaísmo degenerado y desvinculado de valores humanos universales que solo sirve de excusa cuando le conviene al gobierno.
El argumento que este tipo de relaciones problemáticas es un acto inevitable en el marco de relaciones diplomáticas modernas, no es más que la confirmación que Israel no puede ser un estado guiado por los valores del judaísmo. Por el contrario, será un Estado como cualquier otro, que se dice ser judío, pero que en la práctica ese judaísmo es flexible como plastilina y se amolda a conveniencia. Un ejemplo de autoengaño.
Ojalá me equivoque
Daniel Kupervaser/Herzlya – Israel 31-8-2018
http://daniel.kupervaser.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
[1] “Trump reconoce que sí salió con prostitutas”, La letra roja, 3-5-18
[2] “Duterte se compara con Hitler”, CNN en español, 30-9-16
[3] “Declaración infortunada del presidente filipino”, Walla, 1-10-16
[4] “El presidente filipino pide perdón a la comunidad judía”. El Mundo España, 2-10-16