
La ópera de los tres centavos (título original en alemán, Die Dreigroschenoper) es una obra teatral en un prólogo y tres actos, con música de Kurt Weill y libreto en alemán de Bertolt Brecht, en colaboración con la traductora Elisabeth Hauptmann y el diseñador de escena Caspar Neher. Fue adaptada de la ópera de baladas del siglo XVIII inglés La ópera del mendigo de John Gay, y es una crítica marxista del mundo capitalista. Se estrenó el 31 de agosto de 1928 en Berlín en el Theater am Schiffbauerdamm con Lotte Lenya.
La «pieza con música en un prólogo y ocho imágenes» fue la obra más exitosa en Alemania hasta la toma de poder del partido nazi el 30 de enero del año 1933. Brecht y Weill se vieron obligados a abandonar Alemania, pero para entonces, la obra se había traducido a 18 idiomas e interpretado más de 10 000 veces en los escenarios europeos. Algunas de sus canciones adquirieron gran éxito por sí mismas, como la Moritat de Mackie Messer.
Historial de una opera transformadora
La ópera del mendigo, del inglés John Gay, dio al mundo en 1728 al popular personaje de un salteador de caminos llamado capitán MacHeath, basado en un criminal real llamado Jack Sheppard que había sido ejecutado cuatro años antes.
Dos siglos después, el compositor Kurt Weill y el dramaturgo Bertolt Brecht decidieron actualizarlo, pero eliminaron los rasgos caballerosos del personaje y lo hicieron más cruel, además de darle a la obra el consabido matiz político anticapitalista propio de Brecht, claro. Pero pocos días antes del estreno de su musical, La ópera de los tres centavos, se toparon con un problema. El actor elegido para encarnar a MacHeath, Harald Paulsen, les exigía que escribieran otra canción para presentar a su personaje. Además, era un tipo con demasiado encanto como para resultar convincente como el sujeto despreciable en que habían convertido a MacHeath.
Para salir del lío, Brecht optó por escribir un Moritat, un tipo de canción medieval que relata un crimen, y que en este caso explicaba al público que se encontraba ante un auténtico hijo de puta con todas las letras. Para seguir la tradición de este tipo de baladas, la interpretaba no el propio MacHeath sino un cantante callejero. El poeta escribió la letra en una sola noche, se la dio a Weill por la mañana y éste trajo la música al día siguiente. Constaba de una única melodía, con dieciséis compases, que se repetía una y otra vez y que según dijo había sido inspirada por el sonido del tráfico en Berlín.
Vaya dientes que tiene el tiburón
y los muestra, de un blanco perla.
Pero MacHeath también lleva una navaja
y esa la mantiene escondida.
Si el musical fue un gran éxito, quizá el mayor del género durante la República de Weimar, la canción lo fue aún más. Rara era la noche en que no sonaba en los cabarets y hasta el propio Bretch grabó una versión