Es el dinero, idiota, no el boicot Daniel Kupervaser. Analista internacional israelí. (Desde Tel Aviv. Israel)

parlamentarias estadounidenses Rashiba Tlaib e Ilhan Omar
Parlamentarias estadounidenses Rashiba Tlaib e Ilhan Omar
“Tengo mis principios, pero si dan suficiente dinero, los escondo de mis prosélitos”.
El arte de la diplomacia de Netanyahu.

En una actitud duramente criticada por amplios sectores, incluyendo la poderosa organización judía AIPAC de Estados Unidos, Israel decidió finalmente prohibir el ingreso a Israel de dos parlamentarias estadounidenses: Rashiba Tlaib e Ilhan Omar.

En comunicado emitido por la oficina del primer ministro de Israel se menciona: “La decisión de prohibir el ingreso de las parlamentarias estadounidenses Rashiba Tlaib e Ilhan Omar la tomó el ministro de interior con la anuencia del primer ministro y el ministro de asuntos estratégicos. La resolución se adoptó por tratarse de dos activistas que aprovechan todo escenario posible para apoyar el movimiento BDS (Boicot, desinversión y sanciones) y llamar a boicotear a Israel”.

Esta actitud es parte de la táctica permanente de amedrantar con decisiones o declaraciones bombásticas todo intento de actos o acciones destinados a llevar a la practica una protesta pasiva por la conducta de Israel en la ocupación de territorios conquistados en 1967.

Cuando tiempo atrás el pleno de la Comunidad Económica Europea tomó la decisión de exigir el etiquetamiento de productos provenientes de los asentamientos israelíes en Cisjordania para diferenciarlos de productos israelíes del resto del país que se benefician de un acuerdo de libre comercio, la cancillería israelí catalogó esta medida como “decisión antisemita” (Europa decidió etiquetar los productos provenientes de asentamientos judíos de Cisjordania”, Ynet 11-11-15).

En ocasión de la conferencia anual de los presidentes de las mayores organizaciones judías estadounidenses, Netanyahu declaró que boicot a Israel es una forma moderna de antisemitismo (“Netanyahu: boicot a Israel: una forma moderna de antisemitismo, Walla, 18-2-14).

Réplicas con el mismo tono severo trasmitieron los diferentes funcionarios de Israel ante acontecimientos similares como la decisión del parlamento irlandés de boicotear productos procedentes de los asentamientos israelíes de Cisjordania, la resolución del juzgado de Canadá exigiendo el etiquetado de vinos del mismo origen, y otros más.

Pero, nadie que se preocupe por analizar la realidad israelí se debe dejar impresionar por este tipo de pomposa demostración de patriotismo. En la mayoría de los casos no está destinada a intimidar a quienes promueven el boicot a Israel sino a adoctrinar a las bases políticas de prosélitos de Netanyahu. Es suficiente que la contraparte muestre en sus manos unos buenos fajos de dólares para Israel que todo puede cambiar y Jerusalén buscará esconderlo detrás de una interpretación de “realpolitik”. En otras palabras, acuerdos comerciales o científicos que propongan significativos beneficios económicos o tecnológicos para Israel serán bienvenidos, inclusive si incluyen ítems en los cuales se acuerda y permite el boicot a los asentamientos judíos de Cisjordania. El problema no es el boicot “per se”, sino el peligro que significa que lo conviertan en bandera.

PARLAMENTARIAS ESTADOUNIDENSES RASHIBA TLAIB E ILHAN OMAR

En estos días se esta promocionando el acto de firma del importantísimo acuerdo de libre comercio entre Corea del Sur e Israel programado para la próxima semana. Estos preparativos incluyeron una visita oficial del presidente de Israel en el país de oriente. No hay dudas de los significativos beneficios económicos para Israel como consecuencia de este convenio. Solo que la firma demandó un largo periodo de negociaciones, principalmente por la persistente exigencia de los coreanos de la mención explícita en un ítem la exclusión de todo producto o servicio procedente de colonias israelíes en Cisjordania. Pese a una declaración de desacuerdo de Israel, finalmente Corea del Sur incluyó en el documento, con la firma de Israel, su derecho inapelable de boicotear toda producción originaria de colonias israelíes en Cisjordania. Detalle más, detalle menos, una de las consignas de BDS (“Israel acordó: productos de colonias israelíes de Cisjordania quedan fuera del acuerdo con Corea del Sur”, Ynet, 15-8-19).

No es la primera vez que la diplomacia de Netanyahu se rinde ante exigencias similares que básicamente niegan toda posibilidad de reconocer a las colonias israelíes en Cisjordania como parte de Israel, y, por lo tanto, la contraparte demanda el derecho de boicotearlas.

La participación de Israel en el gigantesco proyecto tecnológico europeo “Horizon 2020” demandó de Jerusalén aceptar la exigencia europea de excluir explícitamente la participación de instituciones de los territorios ocupados de la guerra de 1967. Por el mismo motivo, el convenio para el envío de obreros de la construcción entre China e Israel incluye un capítulo especial por el cual China se reserva el derecho exclusivo de delimitar los territorios de trabajo de estos trabajadores. Redacción diplomática del boicot a proyectos israelíes en Cisjordania.

En el año 2017 Netanyahu dio su asentimiento al acuerdo de la Comunidad Europea e Israel en proyectos de cultura que mencionaban claramente la exclusión de iniciativas a llevarse a cabo en Cisjordania. Solo la oposición de algunos ministros impidió su aprobación.

Si las parlamentarias Rashiba Tlaib e Ilhan Omar tendrían en sus manos la posibilidad de cancelar la ayuda estadounidense a Israel por un importe anual de 4 mil millones de dólares como represalia por la prohibición a su ingreso a Israel, tal como lo propone el senador estadounidense Bernie Sanders, probablemente hoy estarían paseando cómodamente por las ciudades palestinas y Jerusalén Oriental.


  • Daniel Kupervaser. Herzlya – Israel  -http://daniel.kupervaser.com/ – kupervaser.daniel@gmail.com – @Kupervaser